Mariño afianza sus poderes

VIGO

Crónica | La primera jornada del alcalde Actividad maratoniana del nuevo regidor, que comenzó con una multitudinaria asamblea con la plantilla y culminó con una reunión que garantice la feria de la pesca

16 jun 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

08:00 horas. Ventura Pérez Mariño y los nuevos concejales ocupan el escenario del auditorio municipal. Fuera, cientos de funcionarios esperan para entrar. Poco a poco ocupan todos los asientos y muchos tienen que quedarse de pie. Los delegados sindicales comentan con sorna que hace muchos años que no acudían tantos funcionarios a una asamblea. «He querido reunirme con ustedes como primer acto de gobierno. Tengo claro que sin la plantilla no vamos a ningún lado. Vamos a respetar las opciones de trabajo y no entraremos aplicando cambios». Ventura Pérez Mariño improvisa un breve discurso aunque con seguridad ha meditado largamente su contenido. En él garantiza que todos seguirán donde están aunque más adelante pueden producirse variaciones «atendiendo siempre a criterios de eficacia». Y un mensaje: «Los vigueses deben ver al ayuntamiento como su casa y el lugar donde encuentran solución a sus problemas». Plantón del Bloque Han sido diez minutos de parlamento y los trabajadores municipales salen comentando su contenido pero quizás más las ausencias. Mariño habló rodeado de la mayoría de la corporación; a su lado estaban los socialistas, todos los del PP y Manuel Soto (su compañero Agustín Arca sigue convaleciente)... pero ninguno de los nacionalistas. Ni Lois Castrillo ni los demás ediles del Bloque han querido respaldar esta convocatoria, un mensaje de evidente calado que revela las dificultades que encontrará para que Vigo tenga el gobierno unitario de coalición que prometió el alcalde en la toma de posesión. Tras este comienzo Mariño puso en marcha la maquinaria municipal, un tanto oxidada tras la campaña y el posterior tiempo de espera hasta la toma de posesión. De inmediato y acompañado de los concejales socialistas y de un voluntarista Manuel Soto recorrió las dependencias municipales saludando a los distintos trabajadores. Posteriormente convocó a su despacho al secretario y a la interventora, los dos funcionarios de mayor nivel. Después le tocó el turno a los sindicatos y cerró la lista el resto de la cúpula funcionarial. Los delegados sindicales comentaban después el cambio de estilo que habían creido percibir. «Hace cuatro años tardamos un mes en poder hablar con Castrillo y lo conseguimos casi con amenazas», comentaba uno de ellos. Eso sí, reconocía que era una primera impresión y que todo depende de como evolucionen los acontecimientos. Para la tarde Mariño se reservaba la primera gestión como tal, la solución al problema de los aparcamientos para la Feria Mundial de la Pesca de septiembre. A las siete tenía previsto reunirse con los responsables del instituto ferial y de la Comunidad de Montes de Cabral. Por el medio cerró los flecos del nuevo gobierno y lo presentó a los medios de comunicación. Un día intenso.