DIEGO PÉREZ CONTRAPUNTO
15 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Qué mal y en qué mal momento ha saltado la reclamación de Vigo por el AVE. Hace más de un año que se conocen los planes de Fomento y Xunta, lo que significa que los desinformados llegan tarde. Hace varios meses que se cerró la exposición al público del tramo Santiago-Ourense, único en Galicia que tendrá velocidades superiores a los 300 kilómetros por hora. Nadie, salvo UGT, se movió para hacer oficiales y públicas sus propuestas alternativas. Con ser loable la actitud de los empresarios, no es cierto que hayan sido los inventores del trazado en «L». El sindicato antes mencionado ya se lo había presentado a Castrillo mucho antes, pese a que el alcalde evitó pronunciarse sobre él en aquel entonces. Pero lo más risible de todo es que, justo cuando por primera vez la Xunta accede a estudiar una alternativa, los gobernantes políticos de la ciudad llaman a la movilización. De risa, hay que insistir. ¿Con qué derecho exigen Castrillo y Príncipe a Fraga si ni siquiera son capaces de convencer a sus jefes de fila en el BNG y PSOE, señores Beiras y Touriño? ¿Cómo van a conseguir, sin resultar populistas, que esta guerra no se vea como una batalla localista ahora que falta poco más de un año para las elecciones municipales? ¿Cuándo planteó una alternativa el alcalde? ¿Qué estudio técnico riguroso maneja para armarse de razón y decidir inversiones de tantos ceros que afectan a toda Galicia? ¿Ha buscado el apoyo de Citroën, del Puerto, de Zona Franca o prefiere centrarse en los alcaldes de la comarca? ¿Ha solicitado una entrevista expresa en altas instancias para hablar de este tema? Van a hacer buena la máxima: «¡Tonto el último!». Porque este paso se lo ponen a huevo al PP para retrasar sus inversiones y no desvelar los trazados del AVE hasta que los ciudadanos hayan votado en las urnas. No busquen más esloganes: «Con el AVE el que no corre, vuela».