Es un año menor que su paisano Noel, pero este pivote zurdo ya deslumbra en la cantera del Dépor: «Será futbolista profesional, si le respetan las lesiones»
09 feb 2022 . Actualizado a las 09:59 h.«Es un chaval con una condiciones de la leche y con una cabeza privilegiada. Es supertrabajador, humilde, lo que tiene en casa también le ayuda mucho, y tiene condiciones para llegar al fútbol profesional. Y lo hará si las lesiones le respetan. No es fácil decir eso de alguien, pero él lo tiene». Así describe Iván Carril, exfutbolista del Deportivo y actual entrenador del Noia, a Rubén López Durán (Lamela, Silleda; 2004), el pivote defensivo del Deportivo juvenil que este miércoles (19 horas, Vamos) disputará la UEFA Yputh League contra el Dinamo de Kiev.
«Es un chico muy trabajador, que va a los duelos con una sonrisa, y además cuando tiene el balón juega mejor que la mayoría», agrega Carril, que tuvo a Rubén en el equipo cadete del Compostela, justo antes de dar el salto al Dépor. Aunque un año menor que Noel López, se da la casualidad que el cuadro blanquiazul tiene a otra perla de Silleda en su cantera: «Non coincidiron en ningún equipo, pero si que se coñecían de aquí», explica Ana Durán, madre del centrocampista zurdo.
A Rubén le vino la pasión por el fútbol desde la cuna. Su padre, Manuel, jugó en las categorías inferiores del Club Deportivo Lalín, pero las lesiones frenaron su salto al primer equipo cuando ya se entrenaba con los mayores. «Aínda é hoxe que ve un balón e emociónase», desvela su esposa.
«O maior, Andrés, comezou a xogar con sete anos ou así e Rubén tamén quixo ir con el, a pesar de que aínda non tiña a idade. Daquela non había ficha biberón, pero o rapaz estaba tolo por ir. Gozou moitísimo cos maiores e xa nos dixeron: ‘Uy, este ven adestrado da casa», recuerda Ana.
Javier Sueiro fue uno de sus primeros entrenadores en la Escola de Fútbol de Lalín (los dos años de alevines y el primero de infantil) y además fue su profesor de educación física en el instituto. «Adestraba el, pero logo viña tamén aos partidos e aos adestramentos do irmao. Viña e sentábase comigo no banco. Fixo de segundo adestrador moitas veces», bromea. «Tíveno de xogador tres anos. Era superlisto. A calidade que ten xa se ve, pero logo anticipa moi ben e lee os partidos á perfección. Eu, con dicirlle unha ou dúas cousas xa resolvía. Non facía falla máis. Xa el decidía e sabía o que había que facer», recuerda. «Pero o que máis me gusta del é a súa capacidade para ser un líder e dos bos. Como Puyol. Corrixindo aos compañeiros e sempre moi ben valorado por todos. Todo o mundo lle quere e todos lle fan caso», añade. Algo que también ha demostrado en el Deportivo, en donde fue elegido por su compañeros el pasado año capitán del Juvenil B, a pesar de apenas llevar unos meses en A Coruña.
Rubén López dejó la EF Lalín muy a su pesar. «Alí estivo ata infantil de segundo ano, O Compostela fichou a Andrés e a nos, por comodidade, xa que traballamos os dous e non podíamos levar a cada un a un sitio diferentes, falamos para que levaran tamén a Rubén. Foi de rebote para alí e moi ao seu pesar, porque non quería deixar ao seu equipo», destaca la madre.
El cambio que le llevó al Dépor
En Santiago, se encontró con un entrenador clave en su carrera. «Alí atopou a Iván Carril. Rubén era un xogador máis ben ofensivo no Lalín e el, ao velo, pensou nel máis ben coma pivote defensivo», recuerda Ana. «Él podía jugar bien en cualquier posición, pero por las características que tenía y con la idea de juego que yo tengo, consideré que era el ideal para actuar de pivote, por delante de la defensa. Yo necesitaba un jugador que tuviera criterio, por el que pasaran muchos balones, y él lo hacía. Pero la clave del cambio también estuvo en él. Pasar de extremo o mediapunta a mediocentro defensivo estaba en su cabeza. Antes estaba para hacer gol o dar el último pase y pasó a hacer jugar al equipo y a darle equilibrio. El jugador tiene que querer también», justifica Carril. «Él, al ser un futbolista que ya le gustaban las disputas y los duelos, que no se escaqueaba del trabajo defensivo, fue más fácil de ver que se iba a adaptar bien. Yo hablaba con él y me decía que estaba contento ahí. Fue un año muy bueno, en el que conseguimos el ascenso y que fue un escaparate para él porque acabó fichando por el Dépor», señala el actual entrenador del Noia, de Tercera RFEF.
La familia de Rubén se mantuvo al margen en la decisión de irse o no a A Coruña. Rubén sopesó mucho el paso que iba a dar. «Iván Carril falou con nos e nos dixo que había unha xente do Dépor que quería comentarnos algo. Falamos con eles telefonicamente e foron a facer uns adestramentos uns nenos máis do Compos e máis el. E aí quedou o conto. Máis adiante volveron a chamar porque querían incorporar a Rubén, pero el non quería marchar do Compos. ‘Eu non vou, estou contento con Iván Carril, cos meus compañeiros’, dicíanos. Rubén adáptase ben a todo, pero cando colle cariño a algo cústalle desprenderse», explica su madre. «Insistiron e pedíronnos falar con el directamente. Propuxéronlle ir a adestrar, a probar sen compromiso, mentres o pensaba. Nos non nos metimos en nada. O único que lle dixemos foi que se decidira, que non podía ter aos dous equipos agardando por el. E así ata o día do seu aniversario, o 26 de agosto, que chegou e díxonos: ‘Xa tomei unha decisión. Vou para o Dépor’. E ata hoxe. Moi feliz», agrega.
«Le costó dar el paso, pero el chaval iba a ser futbolista igual. Por un camino o por el otro. Lo tiene todo y solo hay que cruzar los dedos para que tenga suerte en el tema de las lesiones. Si no hubiera aceptado esa llamada del Dépor ese año, la habría recibido igual al siguiente y a lo mejor de más equipos... Y si no al otro y al otro... Hacia los ojos de la gente no destacó tanto hasta llegar al Compos, pero su talento estaba ahí y su crecimiento fue bestial en cuestión de meses. No hacía falta ser ningún lumbreras. Era ir a uno de sus partidos y decir: ‘Este es el bueno’. Y ahora en el Dépor es lo mismo. Llegó allí, con otros jugadores con más pinta de futbolistas y con otras historias a su alrededor, pero el que juega bien de verdad es él», destaca Iván Carril.
«A min sorprendeume que fora para o Dépor. Nos contábamos máis co irmao. Era o que parecía que tiña máis posibilidades. Pero o seu crecemento foi tremendo», reconoce Javier Sueiro. «Físicamente nunca destacou, pero enganaba moito. Era pequeno, pero era tamén o mellor que tíñamos para rematar de testa. Eu quería que sacara os córneres e que os rematara. Xa non sabía que facer con el», añade.
El espejo de su hermano
Rubén sabe bien que el fútbol tiene dos caras. Lo ve en su casa. Mientras él saborea la Youth League con el Deportivo, su hermano Andrés (2002), que está en el filial del Compostela, el Sigüeiro, ha sufrido un calvario de lesiones. «Tivo que operarse da cadeira no 2020. O ano pasado déronlle a alta, pero no seu segundo partido tralo regreso rompeu tibia, peroné, ligamentos... Ademais tivo a mala sorte de que non quedou ben nesa primeira intervención e tiveron que reoperalo ás tres semanas. En setembro xa lle quitaron o material e xa lle deron a alta para xogar», relata Ana. «No fútbol tivo moi mala sorte, porque tamén rompeu anteriormente o pulso, a clavícula... Por iso sempre lle digo a Rubén: ‘É importante estudar porque o fútbol ten dúas caras. O importante é formarse. O fútbol é efémero. Hoxe estás e mañá xa non estás’», añade.
Así es Rubén López, una de las perlas de Abegondo. Un chico humilde, que aprendió a jugar en el terreno que sus padres tienen al lado de su casa, en la parroquia silledense de Lamela, con unas porterías artesanales hechas por su vecino, ferreiro de profesión. De la leira a los campos glamurosos de la UEFA Youth League.