Dos fenomenales intervenciones del portero del Dépor sostuvieron la racha de encuentros sin perder
10 mar 2024 . Actualizado a las 19:31 h.El Deportivo empezó a ganarle su duelo particular con el Nàstic el 29 de octubre del 2023. Germán Parreño fue testigo desde el banquillo de aquella cita en Riazor. No se perdería otra de las celebradas en casa. A domicilio, aún sería suplente en la debacle del Stadium Gal. El duelo con el Real Unión derivó en catarsis colectiva y relevo en ambas áreas. Martín Ochoa cayó junto a Ian Mackay. Regresaron Davo y Parreño, víctimas seis jornadas antes del fatal descuento en el Fernando Torres, durante el que el Fuenlabrada consiguió remontar. A partir de entonces, el meta de Elche no ha vuelto a encajar más de un gol.
Tampoco en el Nou Estadi, donde dejó un par de intervenciones espectaculares para sostener la igualdad en el marcador. Primero, el empate a cero, colocando el guante firme a baja altura para neutralizar el cabezazo de Pablo Fernández. Andy había encontrado al delantero, pretendido por el Dépor en el mercado de invierno, completamente solo dentro del área blanquiazul. El centro tenía una pinta bárbara y el remate estaba a punto de convertirlo en asistencia cuando intervino el portero, exhibiendo reflejos para desviar el balón.
A partir de ahí, Parreño pasó de usar las manos a emplear el pie. Herramienta de trabajo cada vez más demandada en los metas y por la que destaca el del conjunto coruñés. Fue, de hecho, uno de los motivos de su fichaje el pasado verano, ya que la dirección deportiva buscaba alguien solvente para dar inicio al juego desde atrás y salvar la presión alta en caso de que el adversario quisiera arriesgar. Como hizo sin éxito el Nàstic frente a un líder que abandonó Tarragona sin perder su posición.
Entre otras cosas, porque cuando Pablo Fernández atinó a la segunda (de nuevo, sin nadie que estorbara su intento), los de Imanol Idiakez mandaban en el marcador. Había acertado David Mella, permitiendo a los suyos enlazar ocho jornadas viendo puerta. Las cinco más recientes, con recital anotador. El mínimo de cuatro dianas por encuentro se redujo porque el oponente acertó a anular ese frente de ataque en estado de gracia. Lucas Pérez no fue capaz en esta ocasión de marcar ni asistir. Barbero también se quedó seco y Yeremay no tuvo siquiera oportunidad de probar. Amansado el rodillo, quedaba Germán.
Lo probó Marc Fernández con una volea centrada embolsada sin problemas, y especialmente Borja Martínez, cuando el partido ya no daba para más. Mula, otro de los que en algún momento figuró en la agenda blanquiazul, encontró entre líneas a su compañero y este chutó con violencia. Parreño hizo un escorzo a mano cambiada: el Dépor, que no mereció ganar, no perdió.