El Dépor pacta una indemnización para despedir al tico, que continuará su carrera en el Alajuelense
22 sep 2021 . Actualizado a las 10:19 h.Consciente de que podía ser el último, lo estiró un rato más. «Seguro que ellos prefieren que golpees tú», celebró Alberto Casal, preparador de los porteros del Dépor, cuando vio a Celso Borges sumarse al ejercicio. Mientras el resto de jugadores de campo tomaban el camino del vestuario, el tico calentó un rato los guantes de los metas blanquiazules, muy próximos a ser sus excompañeros. En cuanto concluyó la rutina, entró en la caseta y recibió el aviso que confirmaba su despido. Una resolución de contrato que el club perseguía desde que arrancó la pretemporada y el jugador trataba de demorar con la esperanza de un arreglo. Hace ya tiempo, sin embargo, que las partes tenían claras que no habría solución que estirara la carrera del futbolista en A Coruña y los esfuerzos estaban centrados en una separación sin heridos.
La negociación arrancó tensa y se desarrolló en varias fases, con reuniones en las que Borges y su representante, Rodri Baster, esgrimieron la vinculación del tico a la ciudad y al club, el sacrificio económico realizado para enrolarse en el proyecto la pasada campaña y el hecho de que el contrato había sido firmado con el actual propietario ya al frente. Del otro lado, el argumentario incluía la crisis económica que afecta a la entidad y el insatisfactorio rendimiento del jugador en la anterior temporada. «Celso se encuentra en esta situación y es duro y difícil para él. Al tipo le duelen los colores, vino aquí haciendo un esfuerzo titánico y personal, le dolió mucho lo que sucedió el año pasado», resumía hace unos días Miku, uno de los mejores amigos del costarricense en la plantilla.
El mediocentro no era el único en la lista de bajas deseables por parte de la directiva, aunque la diferencia estuvo en cómo llevo esta condición cada uno de los señalados. Diego Rolan nunca apareció por Abegondo; Fede Cartabia acudió un día, a ejercitarse en solitario, tras frustrarse su primer intento de salida; Uche Agbo hizo un par de amagos de incorporarse al grupo, pero nunca llegó a saltar al césped. Borges no faltó un solo día, ni siquiera cuando le dejaron sin dorsal ni posibilidad de participar en encuentros oficiales.
«Es un miembro más de la primera plantilla, no le veo ninguna situación anómala. El tema lo está manejando el club. Cuando vino de los partidos de selecciones el trato fue supercordial. De Celso no puedo tener ninguna mala palabra ni a nivel personal ni profesional», resaltaba Borja Jiménez antes del encuentro ante el Badajoz. El costarricense era ya el único que aguantaba en el plantel tras el fichaje de Rolan por Bravos de Juárez, la rescisión de Fede y el recurso de la cláusula para romper con Uche, quien había entrado en el ERE junto a Borges. Incluso Keko alcanzó un pacto para quedar libre antes de verse sumado al expediente de regulación de empleo. El sindicato de futbolistas asesoró a los afectados con el caso Málaga como precedente y el proceso parecía abocado a un arbitraje legal.
Poco antes de que se produjera, las partes acercaron sus posturas y el mediocentro se resignó a abandonar A Coruña, entendiendo que la voluntad del club era firme. Tras varios días de negociación, recibió el aviso de la conformidad en Abegondo justo después de entrenarse por última vez de blanquiazul.
Cinco temporadas, 127 partidos (122 como titular) y 17 goles después, Celso Borges y retorna a su país natal, donde continuará carrera en el Alajuelense. Abandona definitivamente el Deportivo. Punto final.