Ahora, tras configurar el proyecto más ambicioso de toda la Segunda B, con jugadores experimentados en la élite, la cantera llama a la puerta del primer equipo y hasta protagoniza el impulso con que el Deportivo aún pretende agarrarse a sus últimas posibilidades de acabar en las tres primeras posiciones. A los Mujaid, Bergantiños, Galán, Valín, Gandoy y Adri Castro, que en octubre abrieron el curso en el primer equipo, se les han ido uniendo otros como Villares y Rayco, recién incorporados del Fabril, que no han tardado en reclamar por méritos propios un puesto en el once. Y todavía queda mucha Liga por cortar para unas categorías inferiores que desean convertirse en norma, nunca más en excepción.