El costarricense admite crucial sumar los puntos en juego contra el Coruxo y que el Dépor compita «a full»
06 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Las enseñanzas y hasta la forma de ser de Rubén de la Barrera han calado hondo en las tres semanas que lleva como entrenador. O será que Celso Borges (San José de Costa Rica, 1988) ya se siente como un coruñés más. El jugador santo y seña de este proyecto usó a full, la afortunada expresión con que el técnico se presentó como blanquiazul, para dejar claro cómo tiene que jugar el Dépor el domingo (12.00 horas, TVG2) contra el Coruxo.
—Richard Barral habló de falta de rendimiento. ¿Está cargando todas las culpas en el vestuario?
—No, porque también somos autocríticos con nosotros mismos. Para ser mejores tenemos que dar un paso adelante. Ningún problema en aceptar nuestra responsabilidad como jugadores. No veo que nos haya cargado nada. En un club todo el mundo es responsable, él por su parte y nosotros también. No podemos evadir la responsabilidad, sino aceptarla y cogerla. En el último partido no pudimos anotar, pero en cuanto a actitud, querer ir para el frente y hacer lo que se nos pedía, creo que el equipo creció. La curva es para arriba y tiene que seguir siéndolo.
—¿Cree que se ha empleado demasiado tiempo en buscar culpables y muy poco en hablar de soluciones?
—Sí, pero es algo normal del ser humano. A mí siempre me gusta aceptar y decir: mira, tengo que hacer esto más, y, después de ahí, avanzar. Estamos todos en el mismo saco, todos tenemos que caminar hacia el mismo lado y me parece que esa es la solución. No hay a nadie aquí dentro a quien no incumba esta situación. No sé por qué será que se buscan culpables, pero poco tiene que ver con mi filosofía personal. También influye la pandemia en que estamos, que es difícil de soportar. Pero yo soy un positivo de la vida y siempre quiero ver la botella medio llena y me centro en eso.
—¿En el vestuario el último partido ha dado más de un punto?
—Sí, nos ha dado un empujón anímico, porque cosas que entrenamos las vimos en el partido, y eso a nivel de confianza grupal te ayuda mucho. A la gente que está en el banquillo, y que no tiene la oportunidad de jugar, la ves metida en el partido, y eso te dice mucho. La gente que entra en un cambio lo hace enchufada. La gente que no está te está dando consejos de lo que está viendo, el cuerpo técnico,… todos estamos queriendo. Eso me gustó y hay que mantenerlo, claro. Lo mejor para el grupo es ganar. Es lo más lindo del fútbol. Solo disfruto ganando, decía un compañero mío. Tiene toda la razón… y nos vendría muy bien.
—¿Esas buenas sensaciones se quedarían en agua de borrajas si no ganan este domingo?
—Sí, está claro. Ganar, ganar... y competir. Está bien eso de repetir lo del entrenamiento y ver que sale, pero si luego no se da exactamente así el juego por diferentes circunstancias, por el rival o por el campo, o por lo que sea, gano ahí también y me impongo ahí también. Tenemos que ser capaces de hacer eso.
—¿Cree que demasiadas veces le ha faltado al equipo ese afán competitivo?
—Cuando se empata, y especialmente cuando se pierde, vas en busca de aquellas cosas que dejaste de hacer cuando ganabas. Por eso es cierta esa frase de que ni cuando ganas haces todo bien, ni cuando pierdes haces todo mal. Siempre hay que ir reajustando las piezas que se relajan para que vuelvan a funcionar. Hemos tenido que tocar algunas partes para que las otras se empiecen a notar en el campo.
—¿En este impulso ha incidido también el cambio de estilo?
—Es otra manera de entender y jugar al fútbol y lleva tiempo interiorizarla, pero justo el tiempo lo que menos tenemos. El cuerpo técnico lo ha hecho muy bien a la hora de comprimir todas esas cosas en el menor tiempo posible, y nosotros ser como esponjas y recibir toda la información y llevarla a cabo. El hecho de ver muchas cosas ya en el tercer partido te da la sensación de que este es el camino.
—¿De verdad?
—Sí, y nos falta la cerecita del pastel, que es ganar.
—Contra el Unionistas fue una final, ahora frente al Coruxo lo vuelve a ser.
—Todos los partidos que vienen a partir de ahora. Ya empezó el play off para nosotros. No es que antes los partidos no fueran igual importantes, pero ahora viendo los rivales, que vienen desde atrás y otros que puedes alcanzar… los vemos como auténticas finales.
—¿El de este domingo es un ahora o nunca?
—Hay vida más allá del domingo, y vendrán otros partidos luego, pero ir con ese tipo de mentalidad te da más de lo que te puede quitar. Al menos, salir como salimos después del partido contra el Unionistas, que dijimos: «Lo hemos dado todo». Acabar el partido con esa sensación. Estoy seguro de que va a salir bien. Yo estoy muy positivo, de verdad. Quiero acabar con esa sensación de que he hecho todo para ganar el partido, y que los hemos asfixiado, que hemos tratado de hacer nuestro juego y competir al máximo. ¿Ganar? Es fútbol, y hay un rival…
—...Y un campo más estrecho, más corto y del que hablan que no está en las mejores condiciones.
—Sí, y el rival tiene todo nuestro respeto y lo valoramos como un partido difícil fuera de casa. Sabemos que los puntos que sumemos allí son importantísimos. Fácil no es. En Riazor ya nos puso en aprietos. Tenemos que estar a full de nuestras capacidades para competirles.
«No sé qué he dejado de hacer de mi juego de antes a mi juego de ahora»
Borges insiste en que está en un buen momento de juego.
—¿Qué han comentado en el vestuario de las noticias de una mayor profesionalización del club?
—Tratamos de blindarnos un poco, porque el domingo a las doce los que vamos a salir al campo somos nosotros. Y tenemos que hacernos fuertes en eso, porque el reto que afrontamos como deportistas ya es lo suficientemente grande. No podemos aplicar nuestras energías a otra cosa. Estamos totalmente enfocados en el Coruxo.
—Usted parece más delgado incluso que en su anterior etapa en el Deportivo.
—Me he puesto bien a nivel físico. No tengo ninguna queja en ese aspecto. Llego con energía a los partidos. Qué dicha que me vea así. Lo más importante es que la cabeza está bien. Si eso va bien, todo lo demás va a ir igual.
—Tras unos primeros meses irregulares, ¿este es su momento?
—Yo no sé qué he dejado de hacer de mi juego de antes a mi juego de ahora. Es verdad que mi juego ha venido de menos a más. He llegado de una situación compleja, de no jugar durante un tiempo, físicamente no estaba bien, me puse a tono, y… Soy muy autocrítico conmigo mismo. No he dejado de hacer las cosas que normalmente hago. Si dejase de llegar al área, o de estar en ese último tramo, o de hacer jugar a los extremos o a los delanteros, o de ayudar en la construcción,… Siempre lo he dicho: cuando el equipo está bien, yo me veo bien; cuando no está bien, no me veo bien. Es una idea muy colectiva que siento de verdad. Es cierto que en los dos o tres primeros partidos, hasta el del Unionistas fuera, sí que me costaba. Pero eso ya lo dejé atrás. Y estoy seguro de que, cuando el equipo comience a ganar otra vez, las cosas van a ir mejor para todos.