Entre la esperanza y la desesperación

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

31 ene 2021 . Actualizado a las 22:14 h.

La sensación que deja el partido del Deportivo frente al Unionista está muy condicionada por inesperada mala clasificación del equipo coruñés y la urgencia de sumar de 3 en 3. El conjunto de Rubén de la Barrera no jugó mal. Todo lo contrario. Tuvo momentos de buen fútbol. Se le vio intención. Y, por eso y porque es el tercer partido del técnico coruñés al frente, hace pensar que la evolución es positiva y que se mantendrá en el tiempo.

Sin embargo, el escaso margen que tiene para sumar puntos y la ineficacia que demostró, una semana más, en los metros finales, es lo que transforma esa esperanza en desesperación.

El Dépor no fue una apisonadora. Sin embargo, lo que hizo frente al intratable líder del grupo le tiene que llegar para ganar muchos partidos. Pero, claro, para triunfar hay que llevar la pelota dentro de la portería. Y, ahí, ya cuesta más creer que va a suceder tantas veces como se necesita para meterse, primero, entre los tres de arriba y seguir aspirando a ascender.

Al equipo sigue viéndosele algún vicio del pasado. Su salida del balón es excesivamente lenta para eso a lo que quiere jugar su actual entrenador. Quizá no tenga futbolistas adecuados para acelerarla y eso es una carencia de este plantel. Pero, frente al Unionistas, se ha podido comprobar que los jugadores no son tan malos como parecían. Que con otro guion pueden y deben convertirse en los protagonistas que están llamados a ser.

Problema diferente es la falta de gol. Han pasado más de 450 minutos (tiempo añadido incluido) desde que Borja Galán firmó el último deportivista en Liga. En ese tiempo nadie ha acertado a imitarlo. En la mayoría de los encuentros, porque no llegaron a generarse ocasiones. Pero las escasas que hubo, faltó un hombre con las ideas lo suficientemente claras como para batir la meta rival.

Si, como parece, este Dépor de De la Barrera genera más fútbol, los veteranos delanteros blanquiazules deberán demostrar que el que tuvo retuvo. No se discute de Miku ni de Beauvue. Tampoco el futuro de Rui Costa ni de Adrián Castro. Lo que está en entredicho es su rendimiento actual. Y este está siendo insuficiente.

Quedan seis finales, el paso dado al frente en el juego hace albergar esperanzas, la falta de gol y el poco tiempo que queda es lo que genera preocupación y hasta desesperación.