Vázquez se dirigió al carrilero para indicarle, de gesto y palabra, lo que habría esperado de él y mientras tanto Abad se dispuso a sacar de puerta. El meta golpeó el balón justo cuando acababa la charla entre su compañero y el entrenador. El balón superó a Borges y el despeje del rival llegó a la botas de Álex González, en el carril central. Ahí tomó Bóveda su primera decisión: abandonó la banda y se dirigió a presionar al portador del cuero.
A su espalda, Rufo parecía controlado por Mujaid. Charles se movía entre Bergantiños y Granero. Cuatro futbolistas del Dépor y tres del Pontevedra. Enseguida se incorporó Oier, que recibió marcado por Salva Ruiz. Entonces, se produjo el fatal movimiento en cadena.