En esta ocasión faltaban ocho minutos cuando mandó al césped a Beauvue, dando inicio a una serie de retoques que el propio entrenador desacreditó en sala de prensa, reconociendo su vacuidad. Nunca fue realmente a por el encuentro el Dépor, que tampoco lo perdió. Y ahí hay un botín, porque volvió a ser aquel que concluidos los duelos recogía a Dani Giménez sin estrenar. La solidez no es un mal principio sobre el que construir una permanencia. Si el nuevo conjunto blanquiazul es capaz de competir con cualquiera, también permite que lo tutee cualquier rival. No hay diferencia entre el Girona o el Lugo. Para bien y para mal.
Desmontar la línea de cinco y arriesgar es por ahora un plan de emergencia (para remontar frente al Racing, por ejemplo), tan improbable como el retorno de Nolaskoain a la medular. «Estamos jugando a lo que el míster quiere. A lo que todos queremos», recordaba el vasco en zona mixta. Por si alguien había olvidado de dónde venía el Deportivo y cómo logró salir de allí.