El ritmo del Liverpool, al paso del Atleti

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El Deportivo está inmerso en una racha a la altura de las de varios grandes clubes europeos, cimentada en una recién adquirida solidez que le permite exprimir al máximo cada gol

08 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Sostener un flan sobre el alambre. Tremenda estupidez.

A eso vino Fernando Vázquez al Dépor, convencido además de sus posibilidades. Empeñado en que el conjunto más goleado de Segunda -colista desaventajado- saldría a flote acerando los nervios de quien sabe que, invariablemente, algo saldrá mal. «Los rebotes iban a nuestra portería», denunciaría después Dani Giménez, todavía perplejo por el cambio de destino de todas las carambolas que podían acabar en gol. Señalaba desde Albacete hacia un pasado a la vuelta de la esquina del cambio de año, en el que el conjunto blanquiazul había consumido la primera vuelta de competición a un ritmo de cinco goles encajados cada tres encuentros. Cerca de una tercera parte, recibidos cuando el partido alcanzaba su tramo final. El cuarto de hora definitivo en el que ahora todo parece bajo control.

El equipo coruñés es otro, superadas varias pruebas en su nueva versión. En Numancia, primera victoria con la portería a cero; frente al Racing, primer triunfo pese a empezar por detrás. El Cádiz, Albacete, Las Palmas... Todos derrotados por el margen mínimo, con un extraordinario ejercicio de resistencia, incluso en inferioridad. Instalado el Cholo en el imaginario de Vázquez, más allá de su sobado partido a partido, a la plantilla blanquiazul se le ha disparado el índice de tranquilidad. Es más sencillo rentabilizar cada gol cuando en cinco duelos solo te hacen dos. El Deportivo ha salido del pozo a un ritmo de 2,15 puntos por tanto a favor. Hace 20 años ganó una Liga exprimiendo la mitad de bien (1,05 puntos por diana) su acierto realizador.

Ha sido este recién adquirido empaque por orden y amontonamiento lo que ha revertido por completo la racha del grupo, que en diciembre envidiaba al Barnsley y en febrero se codea (a codazos flojitos) con el Liverpool. De aquella serie de 19 duelos sin triunfo a la que solo se acercó el conjunto de la Championship inglesa, a la actual de seis victorias seguidas, que en las principales competiciones de los diez países con mejor coeficiente UEFA apenas alcanzan cuatro equipos. Al rojo de los de Klopp se suma el del Bayern y el del Benfica, todos líderes de sus respectivos campeonatos. Como el Veles Moscú, dominador de la conferencia oeste de la segunda categoría rusa.

El mérito blanquiazul es mayor si se atiende a que para el Liverpool o el Benfica el triunfo se ha convertido en rutina, y el Bayern empieza a alcanzar la velocidad de crucero con la que ha dominado las últimas siete ediciones de la Bundesliga. De entre los 20 clubes del momento, el Dépor es, con enorme diferencia, el que partía en peor situación. Lo hacía además en una división que complica destacar. En las segundas de los diez grandes países UEFA apenas hay ejemplos de rachas victoriosas llegado al ecuador de la competición.

Los coruñeses sustentan la suya en un frente de ataque remozado y una zaga de mimbres antiguos que Vázquez ha ensamblado para darles una segunda oportunidad. Las lagunas de Mujaid o Montero son ahora mínimas y tienen solución en la defensa de tres centrales. Dani Giménez es el de su mejor nivel y los inconvenientes como la baja de Salva Ruiz se han salvado mediante trucos asombrosos como el de convertir a Mollejo en carrilero. Seis victorias seguidas. Todas por la mínima. Aguantando el ritmo del Liverpool al paso del viejo Atlético, sin perder de vista el retrovisor. Echando el freno a la euforia. «Estoy expectante por ver cómo es la reacción del equipo y de todo el mundo cuando perdamos», manifestaba intrigado Richard Barral. «Llegarán las derrotas», vaticina también el míster, asumiendo el papel de esclavo en el memento mori: «Recuerda que eres mortal».