La rayas horizontales, la camiseta de las derrotas

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Con la equipación actual, que supuso una ruptura en más de cien años de tracición y no termina de calar, solo ganó un partido en Riazor

13 ene 2020 . Actualizado a las 18:11 h.

El Deportivo dio la sorpresa el pasado verano con la presentación de su equipación para la campaña 2019-2020. Las tradicionales rayas verticales desaparecieron y la nueva vestimenta blanquiazul presentaba una novedad drástica: las franjas pasaban a ser horizontales, acabando con una tradición que comenzó en 1910.

Durante la intervención de José Vilasánchez Hermida, uno de los accionistas presentes en la junta general del Deportivo celebrada el martes, se solicitó la vuelta del diseño tradicional a la prenda. «Con esta camiseta vivimos un desastre. Cambiemos jugadores, entrenador y también camiseta». A esta petición se sumó también el único candidato a la presidencia del club. Fernando Vidal admitió que esa camiseta nunca le gustó. «Me parece un horror, pero creo que no se puede hacer un cambio a mitad de temporada por desgracia para nosotros», sentenció Vidal, aunque el exconsejero podría revisar el contrato con la firma en caso de acabar ocupando las oficinas de la plaza de Pontevedra.

Lo cierto es que, con los datos sobre la mesa, desde que el Deportivo viste esta camiseta, solo ha ganado un partido en 20 jornadas, el que dio inicio al campeonato regular, ante el Oviedo en Riazor. Desde entonces, ha ido en caída libre, hasta llegar a la situación límite que vive el club. Una racha que ni siquiera se ha cortado en su reciente triunfo ante el Illueca, donde el Deportivo vistió la elástica de la bandera gallega.

En cuanto a supersticiones de vestimenta del Deportivo, el año 2003 se lleva la palma. La afición blanquiazul aún recuerda aquel encuentro ante el Mónaco como el partido de la camiseta naranja. Un choque en el que los coruñeses salieron derrotados por 8-3, una dolorosa goleada en Copa de Europa que se convirtió en la más abultada de la historia de la competición. Nunca más de supo de aquella camiseta sobre el verde. Irureta, fiel al dicho de «haberlas haylas», prefirió que nunca más se volviese a usar esa equipación. Una decisión que lo pareció mal a nadie.