Difícil se lo ponen a Anquela

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

19 sep 2019 . Actualizado a las 00:14 h.

Uno de los motivos por los que el Dépor descendió hace dos temporadas fue porque cada semana se encontraba una excusa por la que no se ganaba. El año pasado, en menor medida, también sucedió. Y, si esta temporada, se quiere el ascenso, que debe seguir siendo el objetivo irrenunciable, hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre. Y el nombre que tiene la cosa sucedida frente al Numancia es que el sexto tope salarial no puede ni jugar una primera parte tan nefasta ni dejarse igualar un 3-1 en 5 minutos. Se pregunta Anquela si será capaz de arreglar el desaguisado. Y si se analiza lo que ha dado de sí hasta ahora el equipo, difícil lo tiene.

Lampropoulos genera más peligro que los rivales. El bisoño Montero, que apunta maneras, se pasa medio partido a vueltas con las gafas hasta que decide quitárselas. La llegada de Gaku se celebró como si volviera Djalminha y lleva perdidos más balones que Antonio Tomás. Mollejo no deja de correr, pero se pasa de frenada en más de una ocasión y se juega la tarjeta en cada entrada. Koné va bien hasta que se para a pensar. Christian logró la titularidad y desapareció. A Vicente aún no se le ha pasado la caraja de Son Moix...

Y, al final, el equipo queda en manos de que Dani Giménez pare alguna de las imparables; Álex no solo tenga que contener sino también construir; y a Aketxe le siga funcionando su sensacional golpeo. Y, mientras, soñando con que esto lo arreglen los que faltan.