La salida a préstamo del argentino, que ayer abandonó A Coruña, privará al Dépor de un jugador desequilibrante lastrado por las lesiones y su alta ficha
16 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.No había dinero para Mosquera, no lo hay para Fede y difícilmente lo habrá para Rolan. Desde que el Dépor consumó su fiasco de la pasada campaña, el objetivo del club ha sido librarse de las tres fichas que (por bastante diferencia) consumían mayor porcentaje del tope salarial. Con Mosquera, y ante las escasas perspectivas de cesión o traspaso, se optó por la rescisión. Con Rolan, a quien todavía hay que amortizar y cuya plaza se considera peor cubierta, la vía es la de la paciencia: aguardar a un comprador que podría llegar ahora o en el mercado invernal, o la rehabilitación del uruguayo hasta alcanzar el nivel que ofreció en Málaga para convertirse en referente. Fede es el único que ha aportado una solución satisfactoria a su caso.
Podría haber optado por la espantada en forma de préstamo obligatorio (recogido en el contrato), pero la salida a un conjunto de la máxima categoría en Arabia Saudí dejará una compensación económica. Efectivo que sumar al ahorro de un sueldo inasumible para la entidad coruñesa en la misma cuantía que el pasado curso, cuando se hizo un esfuerzo para retener al de Bombal.
Cartabia ha encontrado un club que satisface sus requisitos económicos y el Deportivo una fórmula para reconstruir el plantel y tratar de revalorizar al futbolista, aunque sea en un escaparate marginal. De hecho, si el jugador satisface las expectativas del Al-Ahli, la operación podría concluir en un traspaso interesante para las tres partes al rematar el curso actual. El argentino obtuvo ayer permiso para abandonar A Coruña y negociar los últimos flecos del préstamo, ya cerrado entre clubes. Salvo que se repita un caso Sidnei -el traspaso del brasileño al Krasnodar se frustró cuando el central ya había viajado a Rusia y todo parecía resuelto-, antes del lunes debería quedar cerrada la operación.
Se queda Anquela sin un futbolista que ya asumía como perdido y al que racaneó minutos de pretemporada en favor de quienes estarán disponibles para la competición oficial. Baja en una zona poblada por Galán, Pedro Sánchez, Valle, Aketxe y el citado Rolan. A todos les ha dejado Fede un listón alto pese a su brevedad. Nueve asistencias y cuatro goles el curso pasado. Participó en 35 encuentros, pero completó seis (cinco en Liga). Y en esa dosificación forzosa de esfuerzos reside el mal del hasta ahora portador del 11 blanquiazul. Los constantes problemas físicos del extremo limitaron sus apariciones en momentos clave del curso, como los duelos de promoción. Tieso y con los entrenamientos racionados, no pudo formar de inicio ni en La Rosaleda ni en Son Moix.
«Queremos que esté disponible mañana, pasado y el otro. Es lo que no hemos conseguido hasta este momento y tampoco el año pasado», lamentaba Natxo González en enero, extendiéndose al curso 2017-2018, en el que el argentino solo se mantuvo hora y media en el campo en cuatro ocasiones. Bagaje insuficiente para obviar la propuesta del Al-Ahli. A sus 26 años y con tres campañas más de contrato en A Coruña, Fede se marcha a Dubai. Quizá para no volver.