Fran: «Ahora hay que demostrar quiénes somos y poner las cosas en su sitio»

TORRE DE MARATHÓN

CARMELA QUEIJEIRO

Además de los títulos, logró un ascenso y vivió una fallida promoción; cree que esta llega en el momento justo

18 jun 2019 . Actualizado a las 05:05 h.

El Deportivo se encuentra a las puertas de regresar a Primera División, una situación que uno de sus capitanes más emblemáticos, Fran (Carreira, 1969), ha vivido en carne propia, antes de engrosar las vitrinas del club con los seis títulos de la historia de la entidad blanquiazul.

-¿Se dará por bueno todo lo acontecido si el Dépor asciende?

-Sí, porque habrá servido para un aprendizaje mayor y no caer en futuros errores. Y si se asciende, el objetivo se cumple.

-¿Y si no hay ascenso?

-No hay que pensar en eso.

-¿Sufrir es inevitable?

-¿Quién supuso que sería fácil? Se asumió mucho riesgo al no mantener al grueso del equipo del descenso, como se hizo otros años, cuando se ascendió holgadamente.

-¿Cuándo cambió todo?

-El punto de inflexión fue, precisamente, la victoria contra el Mallorca. El riesgo que se corrió fue muy alto. Ahora hay que tener mucho cuidado.

-¿El Málaga era el principal escollo? Quién le iba a decir al Mallorca...

-Uff... no sé si el Málaga era el más difícil. ¿Y qué más da si el Mallorca pensaba estar en la promoción? Ojo con ellos. Hay que analizar bien esa última jugada, la del contragolpe. Sería un error confiarse. Es una finalísima.

-¿Será prioritario guardarse?

-No diría eso, aunque es fundamental no recibir. El Deportivo tiene, hacia la portería rival, jugadores diferentes y con gol. Se sabe que el gol llegará, pero no está de más saber los puntos fuertes del Mallorca, sobre todo los contragolpes.

-Usted ha vivido ambas situaciones. ¿Hay más presión por ascender o por ganar un título?

-En este caso, la presión es para el Dépor, por su historial. No ascender sería un mazazo muy grande. Nosotros perdimos una promoción que no se contaba con jugar. No había tanta presión. Al año siguiente se armó un buen equipo y todo cambió. Pero ahora es la historia la que presiona.

-¿Y cómo ve al Dépor ahora?

-Lo mejor de todo es que parece que ha hecho borrón y cuenta nueva. Las promociones dependen del momento en el que te llegan, por el cansancio, el desgaste físico, el ánimo, los lesionados... Aquella victoria fue clave. Y el Dépor siempre estuvo en el grupo, porque los rivales no se despegaban. Pero todo eso ya no vale de nada. Ahora hay que demostrar quiénes somos, rectificar y poner las cosas en su sitio.

-¿Afectará lo extradeportivo, como el caso Oikos y el cambio de presidencia?

-Hay que estar ahí dentro para saberlo, pero han demostrado que no, que saben abstraerse. Y eso es muy positivo.

-A veces no se abstrajeron tanto. ¿Qué debió fallar?

-Es que esto es fútbol. Es difícil salir de ciertas dinámicas. Son momentos en la temporada. Y la promoción ha llegado en el momento justo. Llegaron a tener mucha presión en Riazor, pero supieron sacársela para el momento de la verdad.

-¿Qué opina del cambio de consejo de administración?

-Ahora toca apoyar al club y al equipo, porque, aun ascendiendo, sigue habiendo mucho por resolver en cuanto a la deuda y costará años sanear. La situación es delicada y es importante que el Deportivo se estabilice, que vaya lo mejor posible, porque no se puede permitir el lujo de quedarse en Segunda o de ascender y descender año tras año. Veremos si el nuevo consejo es capaz de mejorar esta situación. Ahora debemos remar todos en la misma dirección.

«Veo mi campus como un modo de divulgar lo que logró el Dépor y disfruto muchísimo»

Desde hace una década, uno de los ámbitos de proyección de la dilatada experiencia de alto nivel de Fran es el campus de verano que lleva su nombre. Dirigido a niños de edades comprendidas entre 6 y 16 años, se celebrará en julio, en dos turnos (del 1 al 12 y del 15 al 29) en el complejo deportivo de Elviña. La web campusfran.es dispone de todos los detalles.

-¿Se lo había planteado en activo?

-Nunca. Pero mi hijo estaba en el Montañeros y me lo propusieron. Y bastó que llevase mi nombre para que yo me involucrase mucho. Me satisface y me divierte muchísimo. Me hago mayor, pero, si puedo, juego con los niños. Se pican por ganarme.

-¿Siente que les aporta algo?

-Hago todo lo posible. Primero quiero que se diviertan y aprendan. Traslado lo que a mí me gustaba del fútbol, por medio de un circuito. Y hay juegos para agilizar la toma de decisiones, de coordinación, de motivación y desarrollo de habilidades específicas.

-Pasa el tiempo, pero usted sigue siendo una referencia.

-Obviamente, los niños de diez años no me han visto jugar. Pero buscan información en sus padres e Internet. Y alucinan con lo que logró el Dépor. «Pues sí que érais muy buenos», me llegaron a decir. También veo el campus como un modo de divulgar todo aquello.

-¿Qué opina del exceso de presión de los padres a los niños?

-Gestionar el nivel de competición es un tema muy delicado. Ganar es divertido y perder es un aprendizaje, incluso en el campus, donde no hay premios. Hay que procurar que no haya presión. Dedicamos mucho esfuerzo a enseñar a perder.