Toda una lección de oficio en La Rosaleda

TORRE DE MARATHÓN

LOF

En un partido más táctico que vistoso, el Dépor triunfó desde la confianza en sí mismo

16 jun 2019 . Actualizado a las 00:43 h.

Los cuatro goles que marcó entre la segunda parte de Riazor y el partido de ayer se llevan el protagonismo del pase del Deportivo a la final de la promoción. Pero su éxito también se basó en cómo supo cerrar la portería, hasta no encajar ni un solo gol en los últimos 135 minutos de la eliminatoria. La diana Bergantiños devolvió el protagonismo a un aspecto del fútbol gris o ingrato, pero que en el desenlace del cruce con el Málaga se acabó por convertir en decisivo.

Bóveda, Vicente Gómez y Nahuel, novedades

Martí anunciaba varios cambios para refrescar al equipo y le salió de maravilla. Vicente y Nahuel se destacaron como los mejores deportivistas de la primera parte, cuando se vaciaron hasta tal punto que tuvieron que ser sustituidos a la hora de juego. Luego, todos los cambios aportaron en el paso adelante que el Deportivo imprimió en la segunda parte.

Defensa replegada hasta el punto de penalti

El Dépor prefirió conceder al rival el peso del partido hasta el descanso. Pese a que Martí avanzó que su equipo no se iba a encerrar, lo cierto es que Carlos Fernández se quedó como un islote en el círculo central y todos sus compañeros, parapetados por detrás. La línea defensiva en el punto de penalti, mientras el Málaga se hinchaba a colgar balones al área, aunque sin un solo remate entre los tres palos.

Hasta tres disparos al palo de Ontiveros

En el camino a la final, la fortuna también vistió la blanquiazul. A su disparo al palo en la segunda parte del partido de Riazor, con 2-2 en el marcador, unió otro a los diez minutos, pese a que Bóveda y Pedro le tapaban, y uno más al larguero poco antes del descanso. Luego, la seriedad de Bóveda y Pedro, junto a las ayudas de Bergantiños, dejaron en anecdótico el rendimiento del extremo malaguista.

Quique, Cartabia y Borja Valle para crecer en ataque

Desde un bloque serio y concentrado, la chispa del argentino y el carácter gremial de Quique y Valle sostuvieron al Deportivo en el último cuarto del encuentro. Fruto de que el equipo coruñés pisó más el área malaguista, acabó llegando el gol en un clamoroso error de Munir.

De eliminatoria igualada, a diez minutos de basura

En un partido más táctico que vistoso, la recta final sobró. Otro mérito de este Dépor que supo manejar los tiempos de la eliminatoria. Así, su triunfo no solo se basó en que cuando se lanzó a por el Málaga siempre fue superior, sino en cómo supo manejar el encuentro.