Vuelve Carlos Fernández, con el que comenzó todo

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El delantero recibe el alta y entra por primera vez en los planes de Martí

26 abr 2019 . Actualizado a las 11:35 h.

El Dépor aspira a pasar página en Soria de su paupérrima racha de resultados y de la cadena de lesiones que Carlos Fernández ha padecido. El delantero recibió hoy el alta para subirse al autobús decidido a revivir al equipo en la lucha por la permanencia. Tras la renuncia del consejo de administración, y ya que el despido de Natxo y la llegada de Martí no han surtido el efecto deseado, todas las miradas se dirigen ahora hacia una plantilla a la que regresa su inequívoco jugador diferencial.

Mientras le insufló aire en las velas, los coruñeses fraguaron sus ilusiones de ascenso y se sintieron casi invulnerables. Justo cuando el sevillano se lesionó por primera vez en la pierna izquierda en diciembre en el Cerro del Espino, ocupaban la segunda posición liguera a solo dos puntos del líder Alcorcón y con apenas un partido perdido, precisamente contra los alfareros.

Desde entonces, el delantero ingresó en la enfermería, recayó por dos veces y apenas ha vuelto a jugar cinco partidos (solo dos completos), de los que el Deportivo ganó el del Albacete en Riazor y el del Sporting a domicilio. El más reciente, la derrota contra el Majadahonda que desencadenó la destitución de Natxo, acabó con una nueva lesión, esta vez en la derecha, y la constatación del estado depresivo de una plantilla sin fútbol ni soluciones.

Así, Carlos Fernández se estrena en los planes de Martí con una pila de deberes por resolver y tras una semana convulsa en el seno del club, durante la que el jugador llegó a complementar su preparación con trabajo extra para alcanzar el partido en las mejores condiciones.

Su verdadera situación física condicionará la alineación y hasta el esquema, pues los blanquiazules jugarán con dos delanteros, si el sevillano está disponible para entrar de inicio. Hasta Quique, su socio en ataque y máximo aspirante al Pichichi de Segunda, lo espera como agua de mayo. Un desafío mayúsculo incluso para Carlos Fernández, el jugador con el que comenzó todo.