Por todo lo que no es el gol

TORRE DE MARATHÓN

MARCOS MIGUEZ

Quique y Blanco Leschuk, intocables pese a sus malas rachas anotadoras

24 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Gustavo Blanco Leschuk llegó a Riazor con dos goles en el saco y se fue sin marcar, pero tres jornadas más tarde (en la once) ya había elevado su cuenta a seis. Era tercero en la pelea por el pichichi, a un solo tanto de la cabeza que compartían Quique González y Enric Gallego. El argentino sigue ahí, instalado en la media docena, pese a su condición de indiscutible e insustituible. Desde que salió de A Coruña ha sido titular en todas las citas del Málaga salvo el pasado fin de semana en Majadahonda, a donde no acudió por sanción, y solo ha dejado el campo tres veces, siempre en el último tramo de cada duelo.

«El trabajo de Gustavo hace que el resto pueda llegar a marcar», razonaba el pasado miércoles Dani Giménez, que mide de frente cuánto aportan los delanteros más allá del gol. Del trabajo sordo del punta de los andaluces se beneficia un amigo del portero blanquiazul. «Con Adrián tengo buena relación de cuando coincidimos en el Rayo. Es un jugador con mucha llegada», detallaba el meta aludiendo al principal recurso anotador del rival. El hijo de Michel ha renovado esta semana con el Málaga tras aprovechar la sequía de Blanco Leschuk para alcanzarlo en número de dianas.

El 9 del adversario tiene poco que ver con el 7 del Dépor, más allá de su posición de partida y la sequía, menor en el caso de Quique: dos tantos entre la jornada 13 y la 26. «He estado con compañeros que se obsesionaban mucho, pero Quique es un tío muy centrado y está igual. En cuanto meta un par de goles más seguidos se va a volver a ver al Quique de principios de temporada -vaticinaba Dani-. Su trabajo no ha variado y los demás lo aprovechamos».

La reflexión del arquero encontró ayer eco en la de Natxo González: «Quique no está marcando y sigue compitiendo y jugando. Si sigue haciéndolo es porque nos da otras muchas cosas. Son jugadores señalados por la falta de gol, pero la presión arriba, entender dónde hay que cerrar, el sacrificio... Nosotros lo valoramos». Son puntas irreemplazables por todo lo que no es el gol.