Dani aguanta hasta el descuento

TORRE DE MARATHÓN

El portero sostuvo a un Dépor empequeñecido hasta que el árbitro dejó a los de Natxo con nueve

20 oct 2018 . Actualizado a las 23:19 h.

Ni dos minutos tardó el Dépor en complicarse el partido en casa del colista. Fue un centro de guante blanco de Saúl lo que metió en problemas al grupo de Natxo. El carrilero ha vivido en A Coruña escondido en el armario del traje de los domingos, ese que no se abre nunca por temor a desgastar el paño. El club ha mantenido a resguardo al cántabro desde su llegada, ocultándolo en las islas y en tierras de Castilla mientras su plaza quedaba en mano de otros con más cuajo. Solo las bajas de Dubarbier y Caballo permitieron destapar el despilfarro de los últimos tres años. Saúl tiene afinado el punto de mira de su zurda, capaz de servir en bandeja el gol que desfiguró al Deportivo.

Envió raso un balón que Carles Gil dejó pasar hasta los pies de Quique, goleador de vuelta. Fusiló el pucelano y se achicaron los suyos. El conjunto blanquiazul, acostumbrado a masticar los duelos, se atragantó con el tanto anotado durante la fase de calentamiento. Se recluyó en su área y permitió crecer al colista hasta alcanzar a Dani Giménez. Ni un milímetro más.

La venganza del portero

El portero dio contenido a la teoría de que las diferencias del fútbol se plasman en ambas áreas. En la del anfitrión la marcó Quique y en la del visitante un viejo conocido del técnico de casa. Sandoval frenó en seco la carrera del meta vigués cuando coincidieron en el Rayo. Fue por un roce de pretemporada que Dani Giménez esperó hasta ayer para dejar resuelto. Sostuvo el 0-1 mientras el encuentro transcurrió once contra once. Lo llevó al descuento, una altura a la que el Córdoba sacó finalmente rédito a su cerco al área coruñesa, con la resistencia diluida a tarjetazos.

Ais Reig estuvo tan suelto de manos como el arquero blanquiazul y dejó a la visita con nueve a falta de siete para el final, con cinco de postre en el cartel del añadido. Llegó en esos minutos en rojo el empate negado al colista mediante intervenciones de lujo. Por dos veces antes de que transcurriera el primer cuarto de hora; ambas, en saque de esquina. Falló el trenecito en los córneres a favor, y la acumulación bajo palos en los (doce) concedidos al adversario. Hubo parada salvadora a disparo de Luis Muñoz y a cabezazo de Araujo, quienes remataron sin apenas estorbo.

Acciones aisladas de Quique

También chutó franco desde la frontal Javi Lara, pero ni los botes a traición despistaron al meta. Del resto de coruñeses no hubo apenas noticias antes del descanso, más allá de una acción aislada. En el 44, Quique se deshizo de dos marcadores y chutó con la derecha, obligando a intervenir a Abad. El paso por vestuarios espabiló un poco a los de Natxo y David Simón cabeceó fuera en el 47 un centro medido de Krohn-Dehli desde la esquina. El danés fue el último cambio del Dépor, lesionado. Antes se había ido Saúl, amenazado por las incursiones de Romero y la amarilla que arrastraba.

La cautela del míster no alcanzó para evitar la segunda tarjeta a Marí, mostrada cuando el Córdoba tocaba ya a rebato para mayor gloria de Dani Giménez, quien sacó de la escuadra un lanzamiento de falta de Javi Lara. Quique, con una contra brutal cerrada en falso por Carlos Fernández, fue el único que quiso llevar el partido a campo ajeno. El duelo murió en el área blanquiazul, con Valle también expulsado y Simón cojo. Allí apareció Andrés Martín. Demasiado, incluso en el día del portero.