Riazor se reabrirá mutilado

TORRE DE MARATHÓN

El Ayuntamiento y el Deportivo asumen que las obras no estarán finalizadas para el partido del domingo y que una parte de los abonados de los fondos tendrán que ser reubicados en otra zona

03 sep 2018 . Actualizado a las 18:37 h.

Los seguidores del Deportivo sufrirán las incomodidades de las obras de las cubiertas del estadio en el partido del domingo contra el Sporting. Muchos de los abonados de las gradas de Maratón y Pabellón tendrán que ser reubicados en otras zonas, y tampoco se están vendiendo entradas para el público en general. El Ayuntamiento reconoció ayer que los trabajos aún se prolongarán por una o más jornadas, aunque tratará de que estas se desenvuelvan con el mayor aforo posible.

A la espera del fin de una reforma cuya fecha de conclusión aún se desconoce, se ha rebasado con creces el primer plazo de finalización dado por el alcalde y su concejal de Urbanismo, quienes en noviembre habían señalado el 14 de agosto como límite; tampoco se ha cumplido la previsión del club, que pidió jugar las tres primeras jornadas fuera para afrontar esta con total normalidad; y sigue en entredicho la fecha marcada por el concejal de Deportes, quien el 1 de junio admitió que los trabajos no concluirán hasta finales de septiembre.

En el interior de Riazor el césped está perfecto y el partido se podrá jugar, pero las gradas presentan un aspecto muy distinto. Hay asientos rotos y muchos están sucios, mientras solo las cubiertas de Tribuna y Preferencia, las más grandes, parecen avanzadas. Los trabajos de esta semana irán enfocados a que estén lo más preparadas posible para el primer compromiso en casa del Deportivo. En esta zona no solo trabaja Arias Infraestructuras, la adjudicatoria de la reforma de la techumbre por 7 millones de euros, sino también la empresa contratada por el club para la mejora de la iluminación y su adecuación a las exigencias de la Liga. Es seguro que el domingo por la noche, cuando se juegue el partido, la luz no será perfecta, pues no se podrán instalar los focos que irán sobre los fondos, aún en plena reforma.

Es en el estado de estas gradas de Marathón y Pabellón, con las obras aún muy verdes para el domingo, donde radica la incógnita de cuál será el aforo final del estadio para este primer partido en casa, cuántos abonados del Deportivo tendrán que ser trasladados a otras zonas y cuántas localidades saldrán a la venta en las taquillas. Otro asunto será saber cuántas estarán a disposición del Sporting en un partido que en otras ocasiones ha contado con amplia presencia de la mareona.

Los hierros rojizos aún siguen en las cubiertas

Más de tres meses después del inicio de las obras, el Dépor volverá a un Riazor muy alejado de como debería estar. Un paseo por los alrededores del estadio enciende las alarmas sobre la situación en que se encuentra, completamente diferente a la comprometida. A solo seis días del partido que jugará contra el Sporting de Gijón (domingo, 20.45 horas, Partidazo), en el recinto no se acometen las últimos remates, sino que está completamente patas arriba.

Desde el exterior, solo Preferencia ofrece un aspecto cercano a lo que finalmente será, con buena parte de la cubierta y la estructura que la sostiene nuevas y relucientes. La grada de Tribuna, en cambio, no parece tan avanzada, con las vigas que aguantan la celosía aún a la espera de una nueva mano de pintura. Pero la situación se torna completamente preocupante en los fondos de Pabellón y Marathón.

Según el proyecto aprobado, allí no se colocará una nueva cubierta, sino que se reacondicionará la actual. Son las únicas zonas del estadio donde aún se ven los hierros rojizos de la antigua estructura y su amarillenta chapa superior. A día de hoy se trata de las zonas más atrasadas y es seguro que ninguna de las dos gradas estarán preparadas por completo a tiempo, por lo que no podrá acoger con normalidad a los abonados. Caben 8.000 personas en Pabellón y 9.000 en Marathón.

Con tres cuartas partes del ancho de las calles que bordean el campo valladas, también habrá que solucionar antes del domingo la reubicación de grúas, camiones y materiales que ocupan los accesos. Mientras las máquinas de la empresa encargada de la reforma de las cubiertas llevan paradas desde el sábado a mediodía, ayer domingo en el estadio solo trabajaban los contratados por el club para poner en marcha la iluminación y arreglar las zonas afectadas por las inundaciones de finales de junio.