La madurez de Diego Caballo

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

Cedida

Se fue de casa con 15 años, entrenó con la selección española absoluta y jugó en el Castilla de Zidane; ahora, aspira al primer equipo del Deportivo

03 jun 2018 . Actualizado a las 16:18 h.

Nueve y media de la mañana del 22 de marzo. Año 2011. Diego prepara la mochila para ir a entrenar. Llaman a la puerta y un técnico se asoma para frenarlo: «Espera, no vas a entrenar ahora. A los mayores les falta un jugador y Don Vicente te necesita». Aquel chaval de 17 años, que vivió una tarde inolvidable con la España campeona del mundo, es Diego Caballo Alonso (Salamanca, 1994), lateral izquierdo del Fabril, con serias opciones de subir este verano al primer equipo. El carrilero salmantino todavía recuerda con rubor aquel episodio. Lo relata con la misma timidez que le provoca reconocer que tuvo a Zidane de entrenador y que compartió risas de vestuario con jugadores como Marcos Llorente, Jesé, Soler o Lato. Con 15 años los grandes del fútbol europeo se peleaban por él. Con 24, solo tiene oídos para el Deportivo.

Inicios

«El fútbol me obligó a madurar»

Con 15 años, varios de los mejores equipos del mundo llamaron a su puerta. Barcelona, Real Madrid, Atlético, Tottenham... Todos le querían y lo fueron a buscar a su Salamanca natal. No fue fácil evitar que se le fuera la cabeza ante tanto halago. «Eso viene de lo que se mame en casa. Cuando al final me voy a los 15 años al Real Madrid, lo hice con la idea de disfrutar del fútbol. Fui sin autopresionarme. No quise ser otra persona por estar en el Real Madrid. Lo único que cambié fue de residencia. Me fui muy joven del entorno familiar y no ver cada día a tus padres es duro. Eso al final te hace madurar. El fútbol me obligó a madurar. Porque o maduras y saboreas las cosas que te pasan, o cuando te quieres dar cuenta se ha acabado todo», explica.

REAL MADRID

«Zidane me ayudó a mejorar el golpeo de balón»

En el Madrid estuvo seis años y compartió risas con muchísimos jugadores que ahora son profesionales (Marcos Llorente, Jesé, Medrán, Jose Rodríguez, Burgui, Raúl de Tomás...). La última temporada, la pasó a las órdenes de Zidane. «Conmigo se portó muy bien en todo momento. Sabe llevar muy bien a la gente. El haber vivido lo que vivió le hace ser muy atento con los jugadores y manejar muy bien el vestuario. Recuerdo uno de los consejos que me dio: ‘Diego, aprovecha tus virtudes’», reconoce. Y una de ellas es el golpeo de balón: «Pues algo de culpa seguro que tiene porque con él lo practicaba bastante. Desde pequeñito siempre me ha gustado estar con la pelota en los pies y con el paso del tiempo fui entrenando más el golpeo. Considero que pulir los pequeños detalles es lo que te va a ayudar a marcar diferencias en el día de mañana», explica.

selección española

«Me trataron como uno más»

Con 17 años, tuvo la oportunidad de entrenar con la selección española absoluta. «Antes de entrenar Del Bosque quiso hablar conmigo. Me dijo que estuviera tranquilo, que no me preocupara de ninguna otra cosa que no fuera disfrutar. Y eso hice», rememora. España acababa de ser campeona del mundo, y ahí estaba Diego Caballo entrenando al lado de figuras como Iniesta. «Andrés es muy buena persona. Pero todos en general me hicieron sentir como si fuera uno más del grupo. No sentía que era más pequeño o de fuera», relata.

valencia

3 convocatorias en Primera

En el 2015 se fue al Valencia y, durante la primera temporada, alternó el filial con el primer equipo. «Siempre hablaré muy bien tanto de Soler como de Lato porque son dos grandísimas personas, al margen que luego como jugadores tienen unas cualidades muy buenas y que están por algo ahí arriba».

¿El futuro?

«Voy a respetar al Dépor»

Caballo da por cerrada su etapa en el Fabril. «Es mi momento de crecer», argumenta. «Ya les dije que yo iba a respetar al Dépor por el trato que han tenido conmigo y por el gran año que me han dado. Y si yo prometo algo, yo lo cumplo. Voy a esperar a que el Dépor tome la decisión definitiva sobre mí y a partir de ahí sí que decidiré», finaliza.