El futbolista, que será vigilado durante las próximas horas y días, podría tener que pasar por el quirófano
26 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Apenas se llevaban unos minutos del entrenamiento que el Deportivo estaba desarrollando en la ciudad deportiva de Abegondo, cuando Carles Gil se disponía a realizar el último disparo a puerta de una tanda que daría paso al partidillo de once contra once.
El valenciano golpeó el balón y un escalofrío recorrió el terreno de juego. Rápidamente se tiró al suelo, tapó su rostro con las manos y comenzó a lamentarse de su infortunio. El pubis le había vuelto a jugar una mala pasada.
Pocos días después de reincorporarse al trabajo de grupo de forma progresiva, Carles Gil vio cómo su organismo no respondió de la forma esperada. La pubalgia que parecía recuperada, aunque todavía no había recibido el alta médica, volvía a lanzarle un aviso.
Inmediatamente, sus compañeros lo rodearon para interesarse por su estado y trataron de insuflarle ánimos ante la angustia exhibida por él.
«Nos quedamos todos fríos cuando vimos que caía. Le tenemos mucho cariño a Carles y queremos que esté cuanto antes porque es un magnifico futbolista y el club apostó fuerte por él. Vamos a ver qué dicen los médicos», señalaba minutos después Pepe Mel, que intuía que tendría que dar un paso atrás en su recuperación.
Es más, el futbolista, que será vigilado durante las próximas horas y días, podría tener que pasar por el quirófano, puesto que el tratamiento conservador parece no haber dado los resultados esperados. En este caso, podría estar en torno a un mes y medio o dos meses más de baja.