El mito que brotó en el Teatro de los Sueños

Fabián Bouzas

TORRE DE MARATHÓN

Se cumplen quince años de la histórica victoria del Deportivo ante el Manchester United (2-3) en Old Trafford

17 oct 2016 . Actualizado a las 20:47 h.

Los brazos de un Sergio eufórico alentando a sus compañeros a acompañarle en la celebración del gol o un Diego Tristán pareciendo pedir tranquilidad tras anotar el tercer gol mientras se le dibujaba una sonrisa desbordante en el rostro. Quizá sean las dos imágenes más icónicas de aquella gesta, la que prestigiaba la vitola de un Deportivo empeñado entonces en encandilar a toda la Europa futbolística.

Fue un 17 de octubre de 2001 hace hoy quince años, uno de los partidos más legendarios de la historia del Dépor, por la competición, por el rival y por el escenario. Un contexto de élite mundial, en la que entonces estaba instalado el equipo herculino, un conjunto que lejos de mostrar vértigo en estas lides se agrandaba cuando los grandes focos apuntaban.

El Dépor venció aquella noche por 2-3 al Manchester United conquistando uno de los grandes templos de Europa, y lo hacía además practicando un fútbol excelso de combinación, vertical, de orden y talento. Lo hacía además contra una locomotora, un Manchester instalado en el olimpo del fútbol que destilaba calidad por los cuatro costados. Solo mencionar los nombres de algunos jugadores retrotraen a muchos jugadas y momentos de fantasía: Ryan Giggs, Paul Scholes, Juan Sebastián Verón, David Beckham o Ruud Van Nistelrooy. Todos bajo la batuta del sempiterno Sir Álex Ferguson. Por todos ellos la victoria del Dépor cobró si cabe mayor trascendencia. Era una gesta.

Porque ante todo aquella noche en Old Trafford lo que se vio fue uno de los mejores partidos de la Champions League aquella temporada. Dos equipazos frente a frente cuyo único objetivo era buscar la portería contraria. Un duelo de poder a poder que en el descanso ya enumeraba cuatro goles en el marcador: «No hay palabras para describir el viaje eterno del balón hacia las áreas» relataba la crónica de aquel día de La Voz.

Una oda al fútbol

Comenzó el Manchester mandando, bastó una carrera eléctrica de Giggs, un pase a Van Nistelrooy entre las piernas de Donato y el acierto implacable del holandés para batir a Molina. Respondió el Dépor con fútbol, y el gol llegó por un error flagrante de los red devils. Porque aquel Manchester también tenía puntos débiles y el Dépor los explotó a través de dos hombres; Wesley Brown y Fabien Barthez. El central inglés y el guardameta galo tuvieron una noche de infamia regalando dos goles al Dépor. Sergio González se benefició de la primera pifia de ambos para marcar a puerta vacía el gol del empate. Noqueados por el tanto, el Dépor olió la sangre y aprovechó la zozobra para hacer el segundo un minuto después, una fantástica apertura de Diego Tristán a Héctor acababa con el centro del andaluz y el cabezazo impecable del nueve herculino.

CESAR QUIAN

El Manchester parecía roto, pero ni siquiera tuvo que esperar al descanso para rehacerse, los genios pueden aparecer en cualquier momento. Un rebote de Beckham lo convirtió Van Nistelrooy en un pase de gol, se fue en velocidad de Donato y Romero y escorado sin apenas ángulo junto a la línea de fondo picó el balón con arte para superar a Molina y poner el 2-2.

Tras el descanso; la pausa, el control reñido con el talento. El partido seguía igualado, pero el caudal de fútbol no cesaba. Entre fútbol de muchos quilates, Brown y Barthez se empeñaron en volver a acaparar el protagonismo. Un mal pase raso de Sergio para el desmarque de Tristán lo tocó Brown, el balón era plácido para el despeje de Barthez, que se tiró al suelo en una acción poco ortodoxa. El error flagrante lo convirtió Diego Tristán en una jugada para el recuerdo, bastó un delicioso amago con la cadera sobre Brown y poner el balón suave con la diestra en la red. Entonces apareció la sonrisa en el rostro, la felicidad y el éxtasis herculino en la banda y en los que acompañaban desde la grada.

CESAR QUIAN

Un triunfo mayúsculo

El Manchester apretó y el Dépor se llevó el triunfo tras un agobiante arreón final de los locales. Una victoria que ponía a Europa mirando a A Coruña. Los herculinos habían hecho algo muy grande. Antes de esa victoria, todos los equipos que habían ganado en Old Trafford habían conseguido en la misma temporada levantar la Champions League. Los tabloides ingleses empezaban a poner al equipo de Jabo Irureta entre los candidatos para el título.

El destino, siempre caprichoso, no tenía preparado el gran título para el Dépor, al revés, fue precisamente en Old Trafford y ante el Manchester United donde el conjunto herculino quedaría apeado en esa edición en los cuartos de final de la Champions. El mayor empaque y experiencia de los ingleses fue crucial en la eliminatoria, donde los de Ferguson fueron muy superiores al Dépor.

No fue un título pero sí fue una noche inolvidable, un regocijo eterno para la hinchada del Dépor. La noche en la que se silenció el gran teatro del fútbol ante el delirio de Sergio y esa sonrisa pícara del talentoso Diego Tristan. aquella noche del 17 de octubre la función tenía final feliz para el Dépor y aunque no fueran sobre butacas, los aplausos, gritos y la felicidad herculino sí retumbaron en Old Trafford: «Es imposible que el fútbol se duerma en el teatro de los sueños y menos mientras a Manchester vengan a coquetear con el show equipos como el Dépor».

CESAR QUIAN