Comunión a la coruñesa en Riazor

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Mosquera y Lucas protagonizaron el duelo ante el Rayo y recibieron la ovación de la grada

02 feb 2016 . Actualizado a las 15:55 h.

Se vino tan arriba que hasta falló un pase. Entre aplausos, con su nombre y su foto fijos en el videomarcador, Pedro Mosquera le entregó la bola a Llorente, el hombre equivocado. Riazor, ajeno al error sin consecuencias, se rindió por un minuto (el 5) a la fidelidad de su motor. El coruñés se queda en casa y como extra a su mejora de contrato recibió ayer la ovación de la grada, a la que respondió a través de Internet -«He decidido quedarme por el cariño recibido (...) Ha sido uno de los días más especiales de mi vida y no lo olvidaré»-. Casi 20.000 deportivistas coreando el nombre de quien la semana pasada rechazó los euros del Valencia, un pretendiente que escuece en terreno blanquiazul.

Las simpatías que despierta el Rayo, equipo amigo, se encargó de disimularlas el nefasto arbitraje de Vicandi Garrido, más preocupado de los banquillos que de lo sucedido sobre el césped. Allí destapó Mosquera el estrago que intentaron causar desde Mestalla. Sin hacer su mejor partido, el 5 fue el futbolista que más balones despejó, y el más acertado en el pase en los locales. Un 82 % de efectividad, incluido el inocuo borrón de su entrega a Llorente, pesadilla de cuantos coruñeses saltaron al campo.

El canterano blanco atosigó por turnos a Bergantiños, Mosquera, y Lucas. Jémez lo devolvió al eje de la zaga, preocupado por el roto que estaba provocando el 7, autor de otro encuentro enorme. Incomodísimo para sus marcadores; especialista en la suerte de arrimar la espalda, fijar al adversario y rascar ventaja en la arrancada. Volvió a funcionar su sociedad con Luis Alberto (nueve veces chutaron) y logró su gol número 14 esta campaña. Una cifra de lejanísimo precedente. Amancio fue el último gallego en alcanzarla (curso del 69) y Pahiño el precursor más reciente en el Dépor. Hace 60 años que Riazor no disfrutaba de tanto gol de fabricación casera.