Los números del coruñés y, sobre todo, sus cualidades, lo hacen un futbolista idóneo para Del Bosque
14 dic 2015 . Actualizado a las 13:13 h.Vitoria, Madrid, Ucrania, Grecia. Y ahora, de vuelta, en Coruña. El lugar en el que Lucas Pérez está ofreciendo su mejor versión. El difícil aprendizaje que ha tenido, fuera de casa, alejado de la familia, con la maleta continuamente en la mano, le ha hecho madurar y afrontar esta etapa en el Dépor en su plenitud, tanto mental como futbolísticamente hablando.
Está en el mejor momento de su carrera deportiva y ahora lo difícil es mantenerse. Hasta ahora, Lucas está cumpliendo incluso por encima de las expectativas creadas cuando el Dépor consiguió cerrar su fichaje el pasado verano. Vive una etapa dulce de juego y goles, pero lo que hasta el momento no se le exigía, se va a empezar a hacerlo desde ya. Porque esto es fútbol y cuanto más ofreces, más se te exige. Y es difícil responder. Pero creo que él está capacitado.
Un futbolista diferente
Es un futbolista diferente. De los que no abundan. Con una versatilidad que le permite adaptarse a un sistema defensivo y de contragolpe o a uno en el que la posesión prime y él deba buscarse la vida para fabricarse sus propios goles. Unas cualidades que hoy en día pocos delanteros españoles poseen. Por este motivo, creo que se adapta perfectamente a las necesidades de Vicente del Bosque.
En un momento en el que la selección tiene déficit de jugadores ahí arriba, considero que Lucas Pérez es una alternativa muy válida para futuras convocatorias.
Sé que es complicado. Que el Europeo está próximo y que la lista de 23 está prácticamente decidida. Pero pienso que si futbolistas como Paco Alcácer, por citar solo uno, han tenido su oportunidad de vestir la elástica de la selección, ¿por qué no Lucas Pérez?
Con el coruñés, Del Bosque dispondría de un futbolista que haría un trabajo impagable zafándose con los defensas y abriendo espacios a los centrocampistas. Con un cambio de ritmo sensacional y una definición de altísimo nivel. Ahí es raro que falle. Por encima, si el partido exige que cerrarse algo más, pues explotaría la contra. Creo que se merece esa oportunidad y que España saldría ganando. Porque incluso podría asumir perfectamente el papel de falso nueve que tanto ha explotado el seleccionador.
Ser llamado por el equipo nacional entiendo que es, en este momento dulce, lo único que podría faltarle para que un club inglés pague su cláusula de rescisión y se lo lleve en cualquier momento. Aunque cuando se le fichó parecía que 20 millones de euros era una cifra que garantizaba su permanencia en el Dépor durante muchos años, el temporadón que está realizando puede convertir esta cantidad en una buena fuente de ingresos para el club, pero insuficiente para retener a Lucas en A Coruña.
Con mercado en Inglaterra
Tal y como está hoy el fútbol puede pasar cualquier cosa. El mercado español gusta mucho en Inglaterra y cualquier jugador que marque goles es bien visto en las islas británicas y 20 millones es una cantidad fácilmente asumible para estos clubes.
No obstante, con la experiencia que tiene Lucas en el extranjero y el esfuerzo que hizo por regresar a casa, entiendo que ahora mismo él no estará pensando en esa posibilidad. Porque mucha culpa del buen momento que atraviesa puede que esté también en que está jugando donde desde hace muchos años él quería. Lo ha logrado en plena madurez. Y en el momento en el que el Deportivo ha dado un salto de calidad con relación a las últimas temporadas.
Trabajo y más trabajo
Si de cualidades hablamos, la primera a la que hay que referirse es que estamos analizando a un futbolista trabajador. No descansa en todo el partido. Pero tampoco desperdicia energía de forma innecesaria, como algunos futbolistas que corren sin sentido. Es inteligente. Y sabe cuándo apretar. Como hizo el día del Atlético de Madrid. Que vio cómo el defensa iba al límite y no se precipitó, pinchó a su rival cuando tenía que hacerlo y la recompensa fue el gol. Tiene mucha sangre fría dentro del área y sabe esperar hasta el último momento, sin precipitarse para disparar. Tiene la tranquilidad del goleador. A eso ayuda también su facilidad e inteligencia para colocarse muy bien en el campo, convirtiendo a este joven trotamundos del fútbol español en uno de los delanteros nacionales más resolutivos del momento.