En menos de un mes, Pedro Mosquera ya asumió el rol de dirigir al equipo desde el medio
10 ago 2015 . Actualizado a las 16:57 h.Hacía tiempo que Riazor no disfrutaba de un cinco con querencia de la pelota, que baja hasta la línea de cuatro a recibir y es capaz de dar la pausa necesaria al equipo e inciar cada jugada. Con la llegada de Pedro Mosquera, Víctor Sánchez del Amo ha encontrado ese jugador que en defensa no pierde la disciplina táctica y en ataque hace jugar al equipo desde atrás: inicia la jugada, la toca en corto o en largo, dependiendo de las necesidades, e incluso no vacila a la hora de hacer un cambio de orientación. Riazor lo comprobó el pasado sábado en el Teresa Herrera y bendijo que un coruñés nacido a escasos metros del estadio tome la batuta del nuevo Dépor. Estas son las señas de identidad del futbolista blanquiazul.
Polivalencia
Con el tiempo ha ido retrasando su posición desde la media punta
En el Castilla empezó jugando más cerca de la portería contraria, como enganche entre el centro del campo y la defensa. Sin embargo, poco a poco ha ido retrasando su situación en el campo y ahora ya no se ve -«salvo que lo diga el entrenador», aclara- como mediapunta.
«Quizá antes era más polivalente, pero ahora no me considero así. Soy mediocentro puro y me gusta jugar ahí. Si hay que hacerlo de mediapunta lo hago, pero me encuentro más cómodo en esa posición», expresa.
Balón
Necesita tener cerca el esférico y tocarlo con frecuencia
Le gusta que su equipo tenga el balón y, principalmente, que pase por sus botas. Pedro Mosquera no se encuentra cómodo cuando el esférico pasa de la defensa al ataque, sin transición, o cuando hay que estar a expensas del rival.
«Lo que más me gusta es tener el balón. Cuando no lo tengo, no me gusta. Intento que el equipo lo posea el máximo tiempo posible, tener movilidad y que a partir de ahí el equipo maneje. Es lo que voy a intentar ahacer», insiste.
Defensa
Anticipación para suplir su falta de físico
Aun cuando sus características son más de futbolista de construcción que de destrucción, el coruñés se adapta perfectamente a las labores defensivas. Su falta de físico, comparado con otros especialistas, la suple con anticipación e inteligencia. Las estadísticas, como él mismo se apresura a advertir, avalan su trabajo.
«Últimamente, las estadísticas dicen que robo muchos balones. No creo que sea un jugador lento a la hora de trabajar en el medio. Lo que me falta quizá es el fisico de otros futbolistas, que son más tocos, porque están más cuadrados que yo. Pero yo eso lo suplo tratando de anticiparme en la jugada, viviendo el partido y intentando predecir lo que va a pasar y estar un poco por delante de la jugada», reflexiona.
La temporada
Entiende como un error marcarse metas altas de inicio
Es ambicioso y cree que el Dépor puede pelear por algo más que la permanencia, pero entiende un error plantearse eso así de inicio. El medio blanquiazul es claro: «De inicio, nuestro objetivo es mantener la categoría. Está claro que pasando menos apuros que el año pasado. Pero, en el fondo, mantener la categoría. Si vemos que eso se consigue pronto, pues claro que hay que marcarse metas más importantes, pero paso a paso», advierte.
Sencillez
Se considera «un chaval de barrio de toda la vida»
A pesar de que con solo doce años hizo las maletas rumbo a la casa blanca, Pedro Mosquera mantiene intactos los vínculos coruñeses de su infancia. De hecho, asegura que sigue teniendo los mismos amigos, ampliados con incorporaciones foráneas, pero el trato y contacto con los que eran de niño sus «colegas», lo mantiene. «Soy un chaval de barrio de toda la vida», asegura orgulloso este joven del distrito quinto coruñés.
Coruñesismo
Defiende la calidad de vida de la capital herculina por encima de otras ciudades
«La principal diferencia que noto en A Coruña con otras ciudades es que aquí hay más calidad de vida. Y no solo por la comida, la playa o estar en mi casa. Hay tranquilidad. Cuando estás fuera y vuelves, valoras mucho más lo que aquí tenemos», explica el futbolista blanquiazul.
Filosofía
Los estudios por delante del fútbol
Se fue al Madrid de niño pero con una condición. «Mis padres me dijeron que si no sacaba buenas notas, me volvía para casa». Y cumplió. Incluso en la Universidad. A ratos trata de sacar Derecho.