Lendoiro se despide del palco con una derrota

Pedro José Barreiros Pereira
p. barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Mañana dejará de ser presidente del Deportivo en la junta de accionistas

20 ene 2014 . Actualizado a las 11:41 h.

Lendoiro disfrutó de su último partido como presidente. El Dépor perdió sobre el césped y prolonga su peor racha de resultados de la temporada, en una jornada en la que el mayor protagonismo se lo llevó Juan Carlos Valerón, en su regreso a Riazor.

El próximo encuentro en el coliseo municipal coruñés, ante el Sabadell, será ya presidido por el nuevo dirigente del club, con toda probabilidad Tino Fernández. Una vez concluido el encuentro, dijo Lendoiro:

«La vida continúa. Las cosas no pueden durar toda una vida. Fueron muchos años. Y yo no voy a despedirme hoy (por ayer), entre otras cosas porque mañana (por hoy) aún voy a estar con vosotros», señaló a los periodistas en referencia a la posible presentación de hoy, presumiblemente su último día en el sillón de la Plaza de Pontevedra, de Toché y Salomão con la camiseta blanquiazul.

Lendoiro se va, tras haber sido derrotado ampliamente por Tino Fernández en la junta de accionistas de diciembre, dejando el club en una situación agónica, con una deuda de 160 millones de euros y bajo la grave amenaza de liquidación, al no haber sido capaz de alcanzar un acuerdo con el principal acreedor, la Agencia Tributaria. Igualmente, deja la entidad en una situación convulsa, manifestación incluida.

Precisamente, algunos de los impulsores de la manifestación que se celebró tras el partido ante Las Palmas, le ofrecieron un homenaje en el descanso del partido. Mientras los jugadores se encontraban en los vestuarios, el colectivo Old Faces, vinculado a los Riazor Blues, le entregó una placa conmemorativa. Cuatro miembros, a los que abrazó y besó repetidamente, bajaron al césped para entregársela. La grada respondió con aplausos mayoritarios, aunque también se escuchó algún silbido.

Para este último encuentro el palco del municipal de Riazor se llenó de colaboradores de sus últimos veinticinco años al mando, pero ningún político significativo, ni representante institucional relevante acudió a despedirlo. Tampoco estaba el vicepresidente Pachi Dopico, enfermo según manifestó Lendoiro, y fue Jesús Rebollo el directivo más cercano en la jornada final.