Aspira a la tercera victoria consecutiva frente a un modesto y sorprendente Mirandés
05 oct 2013 . Actualizado a las 15:45 h.Riazor espera al mejor Dépor, el que había prometido jugar a la altura de su afición, pero apenas le regaló un triunfo en casi dos meses de Liga. Cierto es que Fernando Vázquez está haciendo maravillas con la plantilla de que dispone. De su mano la calabaza se convierte en carroza. Tocados por la varita mágica del entrenador, un puñado de canteranos, muchos inexpertos, y media docena de jugadores fichados a última hora por la deficiente política deportiva del club, el equipo coruñés ofrece el rendimiento propio de un bloque serio, ordenado y que apenas pasa apuros defensivos. Es más, si gana esta tarde, tiene muchas probabilidades de alcanzar puestos de ascenso, un premio casi impensable cuando se abrió el campeonato hace solo ocho jornadas.
El Mirandés recuerda su modestia (dispone del presupuesto más bajo de la categoría) antes que su gran desempeño en el arranque de Liga. Llegó a ocupar el liderato hace tres jornadas, pero desde entonces sufrió dos derrotas y cosechó una única victoria mínima en el derbi de la pasada semana contra la Ponferradina. De la mano de Arconada, un entrenador que subió al Numancia a Primera en el 2008, pero se dio un revolcón con el Tenerife en el 2010, el equipo burgalés aspira a salvarse sin los apuros de la pasada campaña, la primera de su historia en Segunda. Quizá el mayor éxito de este club había llegado hace dos temporadas, cuando alcanzó las semifinales de Copa después de eliminar a tres primeras: el Villarreal, el Racing de Santander y el Espanyol.
Baja de Arizmendi
Esta tarde quiere apartar al Dépor de su tercera victoria consecutiva tras los sufridos tres puntos contra el Alcorcón y el festival goleador de Borja en Alicante. La alegría de Fernando Vázquez por la vuelta ayer a los entrenamientos del jugador cedido por el Atlético de Madrid no fue completa debido a la baja de Arizmendi. Según explicó el técnico, el delantero, muy disminuido en las últimas jornadas, comienza una preparación para mejorar su estado de forma. «Arizmendi no está al cien por cien. Llevamos observando que le falta un 20 o un 30 por ciento. Siente algunas molestias, no tiene confianza absoluta para rendir a pleno rendimiento y, por lo tanto, entre el propio jugador, el entrenador y el médico decidimos parar para recuperarlo absolutamente», anunció el entrenador del Dépor, quien evitó marcar un plazo para su vuelta. Así, Arizmendi inicia el camino que antes emprendieron otros futbolistas que han padecido diversas molestias tras llegar a A Coruña con la pretemporada (y hasta la Liga) ya iniciada, como Culio, Luisinho, Marchena, Núñez y el propio Borja.
El Dépor y el Mirandés ya se habían enfrentado en Riazor en Segunda B. Sucedió el 5 de abril de 1981, poco antes de que el equipo coruñés ascendiese a Segunda. El triunfo sonrió a los locales, que se impusieron por un claro 3-0 gracias a los goles de García, Muñoz y Traba, pero con protagonismo absoluto para Castro, quien participó en los tres de su equipo.
En el equipo blanquiazul formaron Jorge; Pardo II, Javi, Silvi (Ballesta, min 79), Piña; Villanueva, Alfredo (Castro, min 22), José Luis; Muñoz, Traba y García. El entrenador era el valenciano José Martínez Palomar, quien continuó a la temporada siguiente.
Pese a este único precedente de los duelos entre el Dépor y el Mirandés en A Coruña, se tratará de la tercera oportunidad que el equipo burgalés pisará el estadio, pues pocos meses antes de aquel partido, el 14 de septiembre de 1980, empató en Riazor sin goles frente al Racing de Ferrol, por estar en obras el estadio Manuel Rivera.