Estéril bombardeo blanquiazul

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

El Dépor batió ante la Real Sociedad su récord de centros, hasta 44 sin fruto

03 jun 2013 . Actualizado a las 12:05 h.

Pizzi, el jugador que más veces centra el área en el Dépor (2,5 por partido) probó suerte hasta en 18 ocasiones frente a la Real. Fue el líder del estéril bombardeo al que el conjunto coruñés sometió al rival en busca de los goles de la permanencia. La mayoría de los intentos llegaron en un tramo final de intenso acoso, aunque antes la pelota ya se había paseado por el área, principalmente llovida desde el saque de esquina o faltas a favor en campo vasco.

Las 44 tentativas (récord esta campaña) remiten a una impotencia ofensiva que, unida a la dramática fragilidad atrás, han condenado al Dépor a Segunda. En el bajón del último tramo de la era Fernando Vázquez (victoria ante el Espanyol y derrotas frente al Valladolid, Málaga y Real Sociedad) la ansiedad y los balones colgados crecieron en paralelo. 27 en La Rosaleda, 31 contra los de Aguirre y 28 ante el equipo de Djukic. Cantidades nunca antes vistas bajo la tutela del de Castrofeito y que Domingos Paciência solo emuló en su despedida (38 el día del drama con el Granada). En la época Oltra, el equipo metió 42 centros al área frente al Levante y 39 contra el Betis.

Precipitación y derrota

Una frecuencia en los intentos que, salvo en el caso del Espanyol, siempre ha sido sinónimo de derrota, producto de la necesidad y la precipitación. Así, de los 18 centros que puso Pizzi el sábado solo cinco conectaron con algún compañero. En el caso de Salomao, fueron dos de once. Y si alguien tuvo especiales problemas de acierto ese fue Manuel Pablo. El lateral subió la banda en numerosas ocasiones y en cinco de ellas trató de meter el cuero en el área. Sin embargo, topó siempre con algún rival al corte.

Tres de estos pases abortados produjeron al menos saques de esquina a favor de los de casa, pero ahí regresó el desatino. La mayoría de los lanzamientos de Pizzi murieron sin pasar del primer palo. Carencias en la estrategia que también han pasado factura en el desenlace de campaña. Desde el tanto de Marchena frente al Zaragoza, el Deportivo no ha vuelto a sacar réditos a balón parado.