Síndrome de los entrenadores

Vicente Leirachá
Vicente Leirachá PUNTO DE MIRA

TORRE DE MARATHÓN

05 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Varios técnicos de fútbol no atraviesan por un buen momento profesional. Soplan malos vientos para aquel equipo del que se habla mucho de su entrenador. En el fútbol también hay excepciones como son las de Vilanova y Mourinho, puesto que no hay más con igual resonancia.

A partir de diciembre, que acaba de nacer, suelen acentuarse los problemas para los hombres del banquillo, dando pie al título de este comentario: «Síndrome de los entrenadores» porque en el invierno se agudizan las exigencias que pesan sobre ellos. Son discutidos por los aficionados quienes ven que sus equipos no responden a lo que se les había prometido. Es cuando en el ambiente se escucha la popular frase de que «fulano no comerá el turrón». Y si conserva su asiento en el banquillo después de Navidad, todavía le espera «la travesía de febrero y marzo» con los campos cubiertos por el agua y el barro sobre los que sacar adelante los partidos cuesta Dios y ayuda.

La Liga empezó a apretar antes que otras temporadas. El Valencia, que contaba con Djukic para sustituir a Pellegrino al final del campeonato, se vio obligado a adelantar su sustitución por el 2-5 ante a la Real Sociedad y fichó a Valverde por seis meses, plazo nuevo en este tipo de compromisos. El Espanyol aceleró la vuelta a España del mexicano Aguirre quien, nada más poner pie en Barcelona, declaró a los periodistas: «Con la cabeza, el corazón y lo de más abajo, salvaremos al equipo». Anteanoche, en el campo del Sevilla, tras la derrota sufrida ante el Valladolid, algo se le escuchó decir a Michel hablando de dimisión. En Granada piden cantando que Anquela se marche ya, pero Anquela dice que viajará a Málaga con el equipo al que promete salvar, frase que repiten todos los técnicos que se encuentran en situación similar.