Arsenio se abrazó a Lasarte tras superar al Betis en la promoción de 1992
02 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Veinte años esperando el regreso a Primera y, tras lograrlo, el Deportivo se jugó la permanencia a una sola carta en la promoción de junio de 1992 contra el Betis. Veinte años después, los protagonistas de aquella eliminatoria no pueden evitar la emoción. «Es que había mucho en juego, coño. De irnos a Segunda no sé lo que podría haber supuesto», recuerda Arsenio.
El futuro de la entidad en solo 180 minutos de juego. Fue una semana clave en un club que iba camino de convertirse en sociedad anónima deportiva.
«La gente estaba muerta, rota. Y muy presionada, pues sabíamos que estaban fichados Mauro y Bebeto para la siguiente temporada, y que solo iban a venir si nos manteníamos», explica Fran, titular en los dos encuentros.
El partido de ida fue extraño. El Dépor lo tuvo en su mano. Pudo haber sentenciado, pero al final acabó pidiendo la hora y se fue a Sevilla con un pobre (2-1). Un duelo que tuvo un nombre propio, el del pequeño pelirrojo búlgaro Ilian Ivanov Kiriakov.
Lo mejor y lo peor de Kiri
El fogoso futbolista saltó al campo de Riazor en el minuto 57 por Ribera y solo 2 después provocó una falta al borde del área que él mismo, contra pronóstico, tiraría para establecer el 2-1 en el marcador. No conforme, Kiriakov se atrevió con un penalti cometido sobre Kana instantes después. Pero erró y dejó la eliminatoria «demasiado abierta» para el gusto de Arsenio.
El técnico era consciente de lo que el Dépor se jugaba y por eso pidió a José Ramón que viajara a Sevilla, pese a estar lesionado de pubis. «Neniño, te necesitamos», le dijo. Y el mayor de los González Pérez respondió.
«Pola vosa nai»
No sería la última vez que Arsenio apelaría a los sentimientos del de Carreira y su hermano. En el ascensor del hotel, coinciden los tres bajando para la charla previa al partido. El entrenador está preocupado y les dice: «Venga, neniños, que sabe Deus canta xente hai na Coruña rezando por nós. A vosa nai está rezando alí en Ribeira. Pola vosa nai, por todos os deportivistas, tendes que facer esto [mantener la categoría]».
Y vaya si lo hicieron. El Betis atacó hasta la extenuación y los coruñeses sacaron balones como pudieron. «Nunca sudé tanto en un partido», asegura Arsenio. Pero el marcador no se movió y la imagen del técnico abrazado a Martín Lasarte es recordada todavía hoy en día por ambos. «Me cogió, me dio un abrazo y me dijo: ?Cuánto hemos sufrido, Martín?». Era la imagen de la alegría que contrastaba con la de un Benito Villamarín que lloraba.
Pepe Mel, actual técnico del Betis, disputó aquel duelo. «No guardo buenos recuerdos, porque era una promoción importante para el Betis y la perdimos, por lo que no la quiero recordar», sentenciaba ayer en A Coruña el entonces futbolista.
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