Probablemente sea la tarea más complicada de hacer en toda la casa
24 nov 2014 . Actualizado a las 11:37 h.Si aún no lo has hecho, es hora de que vayas replanteándote que a finales de noviembre la cama tiene que estar ya, sí o sí, en modo invierno. Para este momento, se tienen dos opciones: o bien jugársela por el tradicional edredón aderezado por unas mantas, o bien apostar por algún nórdico para aprovechar todas sus ventajas. Razones para decantarse por esta segunda opción cada día suman más adeptos. Por un lado es más versátil ya que es más económico hacerse con varias fundas para el mismo relleno que tener varios edredones. Además la cama se hace más rápido y es mucho más cómodo porque se adapta mejor al cuerpo y el calor que aporta es inversamente proporcional a su peso. Y, cabe señalar, que es mucho más saludable puesto que los materiales con los que están hechos transpiran mejor.
Con esta larga lista de beneficios, raro sería que hubiese alguien en el mundo que se negase a no caer rendido a los pies de los nórdicos. Sin embargo, los hay. Y eso que las variedades a la hora de elegir el diseño es excesivamente amplio ya vaya desde modelos lisos, como este Juego Privium Agadir Naranja en blanco, pasando por estilos más estampados, ya sea en gris con motivo de hojas Camelia Gris, en colores más otoñales con flores Acuarele Multicolor, en tonos rojizos Delila Multicolor, con motivo de celdas Mirror Multicolor, o con dibujos de plumas y reversible Feather Multicolor -como los que se pueden encontrar en la colección para Cama y Baño de El Corte Inglés-.
Pero, por muchas ventajas y modelos que acumule a sus espaldas, existe una pega que parece que pesa más que el resto: la colocación. La teoría, a simple vista, es tan sencilla como hacer coincidir los dos extremos superiores de la funda con los del nórdico y después extenderla. No hay más. A pesar de ello, hacerlo solo es casi misión imposible por lo que siempre es bueno tener un par de manos amigas para hacer el trago más llevadero. Pero, ¿y qué se hace si se está solo en casa? Dependiendo siempre del tamaño del colchón -ya que cuánto más grande peor será la situación-, será entonces cuando aparezcan los sudores fríos, la desesperación y, en los casos más extremos, las lágrimas. Pero, como para todo, existe una solución.
Siguiendo el consejo de mamá
Las madres lo tienen claro y desde hace años llevan imponiendo el nórdico. Por eso, cuando te vas de casa, llega ese momento de la master class. Ellas, para la que nada resulta imposible, te asegurarán que solo se necesita coger, primero, una esquina del nórdico, introducirla y hacerla coincidir con la respectiva de la funda. Sin soltar, coger la otra y repetir la misma operación. Con las dos esquinas bien sujetas, llega el instante de agitar la funda y el nórdico para que se coloque instantáneamente. Ojo, hay que tener en cuenta dos cosas: una, dónde esta la lámpara para evitar desgracias; y dos, que no valdrá con agitar ni una ni dos... sino muchas. Una vez bien estirado, solo queda recolar los extremos inferiores y listo.
Usando pinzas, gomas o imperdibles
Siguiendo las normas de mamá, solo hay que incluir en la ecuación unas pinzas, unas gomas del pelo o unos imperdibles para facilitar la tarea. La idea es que en el momento de juntar uno de los extremos superiores de la funda con el del nórdico, en vez de hacer fuerza con las manos hacer uso de alguno de estos tres instrumentos para facilitar el proceso. Y lo mismo con la otra esquina. Después solo habrá que agitar sin miedo a que la parte superior se mueva.
O apoyándose en la pared
Si las pinzas no terminan de convencernos, siempre se puede hacer uso de la pared. El método es el mismo: unimos las dos esquinas superiores de funda y nórdico y, para evitar que se muevan, colocamos este extremos entre el colchón y la pared. Después solo habrá que estirar el plumas para que quede perfecto.
La funda, mejor al revés
Para los que el consejo de mamá no sirva, es hora de probar cosas nuevas. Por ejemplo, el método de darle la vuelta a la funda y ponerle el nórdico encima. Después solo habrá que enrollar las dos partes, para, al final, darle la vuelta a la funda con el nórdico ya dentro. Suena más complicado de lo que es.