Moda gallega emergente que triunfa en Vietnam

Patricia Iglesias

TENDENCIAS

La ferrolana Laura Fontán y su pareja, que trabajan y venden en el país oriental, ofrecen sus diseños a través de Internet.

16 abr 2010 . Actualizado a las 15:39 h.

Chula es una marca española creada por la diseñadora ferrolana Laura Fontán, de 35 años, y el arquitecto leonés, de padre gallego, Diego Cortizas.

«Vinimos a Vietnam en el 2004 de casualidad», cuenta Diego. Y es que esta pareja es completamente nómada y, aunque de recién casados vivieron tres años en Santiago, ambos se han recorrido ya medio mundo (Cartagena, Vigo, Barcelona, Madrid, Argentina, Lisboa, Río de Janeiro, Cádiz, México, São Paulo...).

Pero algo tenía Vietnam que los hizo quedarse y montar allí una empresa de moda. «Pasamos de pensar en quedarnos un año sabático a no tener fecha de vuelta», cuentan. El mayor reto era unir el trabajo de Diego, arquitecto en una empresa de ingeniería que trabajaba para la Ciudad de la Cultura, con el de su mujer, Laura, que ocupaba un puesto en Panrico, también en Santiago. Entonces decicieron trabajar codo con codo. La conclusión es clara: «Todo ha salido de maravilla y somos una familia vietnamita más».

Y ahora ya suman más de 40 personas entre el taller y la oficina. Diego se encarga sobre todo del diseño, mientras que Laura es más relaciones públicas. Su empresa la tienen ubicada en su propia vivienda. «Tenemos una casa grande donde dividimos la oficina, el taller, el showroom y nuestra vivienda», cuentan. Así, añaden, «podemos dejar de trabajar por las tardes y disfrutar de nuestros hijos».

Los comienzos

Establecidos en Vietnam, han desarrollado una línea de moda que conecta el mundo del diseño hispano más colorista con la riqueza de los tejidos asiáticos y las técnicas manuales de bordado. Su firma, Chula, ha apostado por una producción limitada de sus vestidos, fabricados siempre de manera artesanal, buscando la exclusividad a base de variar los colores, las técnicas de bordado o la geometría de los motivos.

Han desarrollado así un estilo personal y único fuera de las tendencias que rigen las pasarelas de moda, deseando conectar con un público diferente, «que quiera vestir ideas frescas».

Chula basa su filosofía en el diseño de una ropa distinta y original, centrada en el desarrollo de un universo gráfico de colores y geometrías personales, fuera de las modas. De la misma manera, esta pareja quiere conectar con un público que sepa apreciar cada modelo en particular, tanto por la autenticidad y originalidad del diseño como por el reducido número de piezas producidas.

Se inspiran en la arquitectura, pintura, fotografía, diseño gráfico, Hanói y España. «Nos gusta mezclar las culturas oriental y occidental», comenta Diego. Además, su público potencial es amplio y variado y sus diseños van a parar al armario de mujeres de 25 a 55 años.

Chula no pretende abrir sus propias tiendas, sino que prefiere encontrar tiendas que valoren y apuesten este tipo de planteamiento donde poder compartir espacios con otros diseñadores de ropa, bolsos, zapatos o demás complementos de moda. Busca su inspiración en mundos ajenos a la moda, como el diseño gráfico o las artes plásticas intentando siempre conectar ideas rotundas con cortes sencillos.

Tienda en la Red

La mayor parte de sus diseños los venden en Asia y, apasionados por Internet (www.chula.es), cuentan con un apartado donde cualquiera puede remitir sus medidas y recibir en su propia casa un diseño exclusivo y a medida. Pero hay una pega: Chula aún no se vende en Galicia. ¿Por qué los buenos diseñadores suelen triunfar antes fuera de nuestras fronteras?

La pareja vietnamita-gallega reconoce que el carácter de su nueva tierra les recuerda a veces al gallego, aunque en las antípodas de su negocio y en su concepto de diseño admiran la innovación empresarial de Zara. Siguen visitando Galicia todos los años por «morrriña y porque «no se encuentran vinos gallegos en Vietnam», aunque sí una variante del grelo que les hace sentirse, casi como es casa.