«Velvet» o «Las chicas del cable»

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

TELEVISIÓN

06 may 2017 . Actualizado a las 10:28 h.

La sensación que queda después del estreno de la esperadísima Las chicas del cable es que ya la hemos visto. Hemos visto ese decorado, hemos visto ese mismo despacho, hemos visto esa relación entre el grupo de amigas, conocemos a fondo la rivalidad entre los cuñados y sobre todo hemos visto ya ese amor imposible entre los protagonistas. La sombra de Velvet es tan alargada que poca sorpresa hemos encontrado los espectadores en la nueva producción para Netflix, hasta el punto de que de alguna forma cualquier giro de guion nos recuerda a la ficción que encumbró a Paula Echevarria y Miguel Ángel Silvestre.

Es verdad que muchos actores son nuevos, pero también es verdad que hay otros muchos que repiten, en un contexto en el que todo recuerda de alguna u otra manera a las dos series estrella de Bambú: Velvet y Gran Hotel. Esa retroalimentación que también es propia de la marca que la dirige ha terminado por derivar en un estilo que no hay duda de que funciona. Con una estética cuidada y una ambientación que también se ha hecho un sello en todas sus series.

Las chicas del cable no está mal, se deja ver, entretiene, algunas de las protagonistas (Ana Fernández, Nadia de Santiago y Maggie Civantos, sobre todo) defienden con brillantez sus papeles, pero la ficción no acaba de enganchar como esperábamos. Quizás porque el éxito de Velvet solo se vive una vez.