El abogado trapalleiro

Javier Becerra
Javier Becerra RETROALIMENTACIÓN

TELEVISIÓN

30 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo conocen muy bien los periodistas que han pateado juzgados. Nos referimos a ese abogado amoral, de vida desordenada y un tanto temerario que se mueve en la cuerda floja amagando una caída al vacío de continuo. Siempre tiene algo que contar. Le va el lumpen y, por ello, siempre es una buena fuente. Utiliza al redactor. Y este se deja utilizar porque facilita historias de esas que, puestas en un titular, obligan a arquear la ceja de quien lee el periódico en un bar.

Saul Goodman pertenece a esa estirpe de letrados de coche sucio y aliento que canta a alcohol. Lo conocimos lavando dinero negro en la celebérrima Breaking Bad. Sí, todo lo que generaba la metanfetamina pasaba por su laberinto de legalización de lo ilegal. El tipo era sencillamente desternillante. Entre lo trapalleiro y lo genial logró escaquear a su cliente casi hasta el final.

Su personaje terminó por ser casi tan famoso como el de Walter White. Y por ello ahora tiene su propia serie, Better Call Saul. Acaba de estrenarse en España. El primer disparo no defrauda. Al modo de una precuela cuenta los orígenes del abogado de las corbatas imposibles, las chaquetas cruzadas y los zapatos es-pan-to-sos. Un caradura tan real como lo que se ve muchas veces en los juzgados de guardia. Solo le falta a su lado el periodista-complice. ¿Aparecerá? Sería perfecto.