Secundarios de lujo

Beatriz Pallas ENCADENADOS

TELEVISIÓN

10 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay quien mide el peso de su riqueza por el valor de aquello que desperdicia. Depositar valiosos desechos en el cubo de la basura es, según esta dudosa teoría, un revelador indicativo de una abultada cartera. Extrapolar esta hipótesis a la programación televisiva sería mentir. Es cierto que la televisión generalista en España se permite el alarde de tirar por el desagüe sin remordimiento algunas de las mejores producciones audiovisuales actuales, pero no lo hace porque lo que emite sea mejor que lo que descarta. Es la gran paradoja de la tiranía de las audiencias.

Mientras miles de abonados pagan su buen dinero mensual para ver series de calidad y muchos más se las agencian de contrabando, el público generalista les da la espalda una vez que se emiten en abierto. True Detective ha venido a confirmar la tendencia que antes experimentaron Juego de tronos, relegada a Neox por su baja audiencia, y Homeland, que no lo hizo mejor en Cuatro ni siquiera cuando los episodios se emitían con solo siete días de retraso con respecto a su estreno. Ahora los detectives Cohle y Hart son los nuevos secundarios de lujo de La Sexta. Después de despedazar la serie la semana pasada al insertar publicidad en medio de su emblemático plano secuencia de seis minutos, esta semana la relegó directamente a la madrugada. Un bocado selecto para 180.000 personas.