Delmiro quiere ordenarse sacerdote

L. M. REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

«Padre Casares» emite esta noche el segundo capítulo de su 15.ª temporada

14 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Quince temporadas lleva Padre Casares acompañando a los espectadores de Televisión de Galicia y a lo largo de sus más de doscientos episodios no ha hecho más que sorprenderlos. El capítulo de esta noche, que se emite a las 22.20 en TVG y es el segundo de la 15.ª tanda, demostrará que las locuras de los habitantes de Santo Antonio de Louredo parecen no tener fin.

Y es que después de tanto tiempo, más de seis años ya, contando con un alcalde ateo y muy de izquierdas, el pueblo se encuentra ahora con que Delmiro se ha vuelto «peligrosamente» católico. Lo que al principio podría parecer una bendición, pues el regidor se ha pacificado considerablemente, empieza a preocupar a algunos de sus conocidos. Delmiro ha cambiado más de lo que a algunos les gustaría y las consecuencias empiezan a ser inquietantes. No son pocos los que echan de menos su estado natural de radicalismo anticlerical.

Así lo cree su mujer, Moncha, que se ha visto sustituida en el corazón de su marido por un inusitado e inesperado fervor religioso. Tanto es así que Delmiro quiere renunciar a los placeres terrenales para ordenarse sacerdote y eso incluye, por supuesto, la renuncia a los vínculos del matrimonio. La cosa se complica para su mujer, porque si no hay matrimonio, no hay bienes gananciales y esto dejaría a la primera dama de Louredo en la incómoda situación de tener que buscarse un empleo.

Otro que también está intranquilo es don Perfecto, que incluso sufre de urticaria desde que le hicieron partícipe, bajo secreto de confesión, de las artimañas que urde de don Crisanto. Pues él ha sido quien, con la ayuda de Moncha, ha logrado que Delmiro crea por fin en Dios, y a él le corresponderá también, con la ayuda de Perfecto, solucionar el entuerto.

Caos en la casa consistorial

Y mientras este embrollo se desarrolla, el vacío de poder parece estar haciendo mella en el ayuntamiento. Maite, convertida en alcaldesa accidental de la villa, se encuentra desbordada por las responsabilidades. Obligada a delegar la dirección de los cursos en Miñato, se llevará una gran sorpresa cuando descubra que en el local social ya nadie hace labores ni manualidades, y que el único merengue que enseña Miñato se bate a caderazo limpio.

Entre enredos y malentendidos, el humor sigue estando garantizado con la serie más longeva de cuantas siguen en emisión en Televisión de Galicia.

Después de seis meses de espera, el pasado martes se estrenaron en Televisión de Galicia, con gran éxito de audiencia, los nuevos capítulos de Padre Casares. El episodio 210 de la serie, primero de la 15.ª temporada, sentó frente al televisor a una media de 128.000 espectadores, pero fue a las 23.17 horas cuando la audiencia se disparó hasta los 160.000 espectadores. Nadie quería perderse el desenlace de la primera entrega.

Entre la oferta televisiva de la noche de las cadenas nacionales, la serie se colocó en tercera posición, solo por detrás de Telecinco (Gran Hermano y Hermanos) y de El Taquillazo de La Sexta. Muy por detrás de la ficción gallega se posicionaron el resto de propuestas, con títulos con Vive cantando (Antena 3), Miguel Martín en la caja (Cuatro), Tarancón, el quinto mandamiento (La 1), o Versión española, en La 2.