La utopía del «prime time»

TELEVISIÓN

17 feb 2014 . Actualizado a las 11:18 h.

Que los españoles tengan una mejor vida familiar y de descanso es una aspiración lógica y legítima, secundada por la mayoría. Sin embargo, nadie da el primer paso para racionalizar los horarios. Ni en el aspecto laboral, con largas jornadas; ni en el huso horario -el informe del Congreso que instaba a adoptar la hora de Greenwich no ha tenido, por el momento, mayores consecuencias-; ni en el apartado deportivo, con partidos de fútbol a las 22 horas; ni en cuanto a consumo televisivo.

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios ha vuelto a reclamar a las cadenas de televisión que se comprometan a adelantar sus emisiones de prime time para que no terminen más allá de las 23 horas. Una apuesta razonable pero difícil de implantar. Los horarios televisivos dependen de los hábitos de los consumidores, que, a su vez, vienen marcados por la jornada de trabajo. Hoy en día, el pico de consumo se mantiene estable a las 22.30 horas. La solución podría llegar de la mano de un acuerdo global entre las emisoras. O de una modificación en las rutinas de los espectadores, que son las que dictan las estrategias de programación. Si un porcentaje elevado se acuesta antes, ningún canal desperdiciará sus espacios más costosos a horas tardías.