«Los lobos con piel de cordero son los más peligrosos»

Nacho Mirás Fole

TELEVISIÓN

Cuidado con el tipo encantador que le mira de frente; no es lo que parece

21 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

De todas las novedades que incluye la nueva temporada de Matalobos, la serie de culto de Voz Audiovisual, el personaje de Esteban Garrido es uno de los que más inquietan. Manuel Regueiro Morado (Pontevedra, 1968) se pone en la piel de uno de esos fulanos con los que es mejor tener poco trato.

-La suya es una de esas caras que nos suenan pero que, sin embargo, nos cuesta nombrar...

-He trabajado bastante en televisión, sí [se ríe]. En Galicia, lo más gordo fue haciendo de Diego Lantaño en Rías Baixas. También he protagonizado una película sobre Eduardo Barreiros, un biopic que, por cierto, está pendiente de estrenar en TVG.

-Y en «Matalobos» es Esteban Garrido, un tipo que parece una cosa y es otra diferente...

-Tiene mucha miga. Es un tío que, de primeras, se presenta como el hijo perfecto, el padre perfecto, el defensor de los débiles, el abanderado contra el narcotráfico, con don de gentes, facilidad de palabra... y en el fondo es un manipulador nato.

-Y un asesino al que no le tiembla el pulso para conseguir lo que quiere...

-Su cara b es tremenda. Es un delincuente peligrosísimo, oscuro. Es el típico lobo con piel de cordero, y esos son los más peligrosos.

-¿Y le sienta bien el traje?

-Como actor, es muy interesante. Tiene un montón de matices, te permite unas licencias enormes, es un psicópata, pero no al uso, se parece más a un asesino en serie, de esos a los que las viejecitas le abren la puerta para que les revise el gas y luego, cuando la cierran, las viejecitas desaparecen. Garrido es un tío que se cree sus propias mentiras.

-¿Cree que, en la realidad, hay tipos así de chalados?

-Con dos caras, desde luego. No sé si hasta este límite. Sí que hay individuos con ambición desmedida que no tienen escrúpulos para conseguir sus fines. Pero Garrido no puede estar en la calle, tiene que estar en prisión, aunque no te voy a contar cómo le va a ir.

-¿Cuáles son los ingredientes que hacen que «Matalobos» haya calado tan hondo?

-La manera de contar las cosas. Tiene un look muy moderno. La realización de Jorge Saavedra es increíble. Y el equipo técnico es magnífico. En dos meses hemos hecho trece capítulos. Esto, para una serie semanal en prime time es un récord, y sobre todo en una serie de estas características, no es un culebrón con actores hablando en un salón todo el día. Eso solo se consigue con un equipo muy encajado. Y los actores saben lo que se traen entre manos.

-¿En qué está ahora?

-Empiezo el rodaje de una adaptación de La Bella y la Bestia.

-Y hace de Bella, por supuesto...

-[Carcajada]. ¡Ya no estoy para eso! Pero tampoco hago de Bestia, hago del padre de Bella, un señor que, por amistad, entrega a su hija para que salve a la Bestia. Es una versión moderna. Forma parte de una serie de adaptaciones sobre cinco cuentos clásicos que produce Cuatro Cabezas. Los tres cerditos son tres atracadores que asaltan un banco, no te digo más.

-Vive en Madrid. ¿Lo volveremos a ver por Galicia?

-Yo encantado, siempre está uno a la espera de ofertas. Y algún día tendré que afincarme en Galicia, porque lo de vivir en el exilio...

-Pues prepárese para que lo paren por la calle para recriminarle lo malo que es Garrido, igual hasta lo insultan...

-No creas, a los malos se nos respeta mucho.