Los hijos del pobre Ximo

La Voz

TELEVISIÓN

Sin mando | Sobredosis de corazón

25 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Seguro que si les hablo de Ximo Rovira habrá un buen número de lectores que responderán: «¿Ximo qué?». Hubo un tiempo, no tan lejano, en que Ximo Rovira era lo peor. No exactamente él, sino su programa. Pero él se tuvo que comer muchas de esas entrevistas incisivas en las que el periodista le preguntaba por su programa como le hubiera preguntado a Aníbal Lecter por su dieta. Y Ximo, siempre sonriente, se zafaba como podía, consciente de que aquello era un arrebato puritanista que le había tocado a él por pura mala suerte. Ximo Rovira era el conductor de Tómbola , el programa más vilipendiado de la historia de la televisión en España. Su fórmula era tan simple como diabólica: un grupo de expertos en prensa del corazón se encargaban de machacar a un invitado con un pasado o un presente digno de semejante jauría. Jesús Mariñas, Karmele Marchante y otras hierbas lograron más notoriedad que nunca gracias a Tómbola mientras los columnistas progres despedazaban aquella monstruosidad que ponía en evidente peligro la calidad de nuestra televisión. Eso, cuando Tómbola se emitía sólo en Canal Nou. Cuando se exportó a otras autonómicas, ardió Troya. Ayer Santi Acosta y el día anterior Jaime Cantizano condujeron programas tan ignominiosos, al menos, como Tómbola . Es cierto que no están financiados por una cadena pública, pero no parece que la moralidad del país salga resentida con ellos. Si ofenden a algo, es a la salud mental. Así que sería de ley que Acosta y Cantizano le agradecieran al pobre Ximo que se hubiera partido la cara reiterando que esto es sólo entretenimiento y que, en el fondo, liberarse es tan sencillo como presionar un botón. Yo lo hago.