La Fura dels Baus estrena su última obra, «Metamorfosis», en A Coruña

Víctor Omgbá A CORUÑA

TELEVISIÓN

Sólo quedan cien entradas para la última de las tres únicas funciones del grupo en Galicia La función, basada en la novela de Frank Kafka, explora las angustias del hombre del siglo XXI

10 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Un Gregor del siglo XXI. Así podría denominarse el nuevo espectáculo de La Fura dels Baus, Metamorfosis, que el grupo catalán más transgresor de todos los tiempos ofrecerá por primera vez en A Coruña hoy, mañana y el domingo en el Teatro Rosalía de Castro. La obra, con claras influencias kafkianas, ha despertado una gran expectación, pues apenas quedan cien entradas disponibles para la función del domingo, la última de las tres programadas. El grupo catalán ha variado su forma de hacer teatro, planteándose una función de sala, minimalista, en el que el dramaturgo Javier Dualte explora las angustias del hombre urbano del siglo XXI frente a un mundo sin salidas colectivas, señalaron ayer representantes de la compañía. Intento fallido Precisaron que la obra «habla de un intento de diferenciación, un intento fallido en la medida en que esta diferenciación del individuo frente al grupo, no es por una vía creativa y liberadora, sino de mutilación de la propia individualidad». Así, la pieza «se refiere a la condición de los individuos y esa condición parece ser el miedo... Cualquiera de nosotros puede ser excluido por nuestras propias percepciones y por lo que el entorno nos hace sentir». La Fura dels Baus se presenta hoy al público con cambios sustanciales en su forma clásica de hacer teatro. La función es interior, aseguró uno de los actores del grupo, Artur Trias, que personifica al padre de Gregor en la obra. Del mismo modo, desaparece la interacción entre el público y los actores, un detalle que siempre caracterizó las actuaciones de la compañía, pero también, como afirmó Rubén Ametllé, está Gregor en la obra, «que teme siempre la gente». Escarabajo En cuanto a la escenografía, el espectador no se encontrará con un gigante escarabajo, diálogos sacados de la obra de Franz Kafka, sino que todo se resuelve en el teatro en su máxima expresión, eso sí, con ingredientes tecnológicos que conforman un decorado en el que cobra protagonismo una gran pantalla que puede moverse desde proscenio hasta el foro del escenario; un gran cubo de tres metros por tres, transparente, que traduce el estado del protagonista y, finalmente, la mesa que es el habitáculo de la familia, «su espacio vital frente al gran cubo en el que está encerrado Gregor». Todo esto se realizará mediante el uso de medios de proyección que completarán el relato a través de las imágenes; de la música, creada por Josep Sanou, que introducirá a la espectador en el clima de la pieza, potenciando así las escenas.