Las canciones más populares del grupo continúan emocionando a más de uno y hacen del musical una ópera moderna en la que la historia, bastante simple, es lo de menos
08 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Veinte años después del primer éxito de Mecano, el musical Hoy no me puedo levantar revive cuarenta de sus canciones y toda la magia de la movida de los ochenta en Madrid a modo de serie Cuéntame , con alusiones en forma de pinceladas a temas de aquella época como el intento de golpe de Estado del 23-F, la mili, los chicos de Cristo Rey, Almodóvar y hasta el cubo Rúbik. Crestas coloradas, los primeros gais saliendo del armario, heavys conviviendo con new romantics y todo un culto por la estética reflejan aquella movida y dan forma a un musical planteado como una ópera moderna, con números de calidad y versiones bien adaptadas de los temas más famosos del grupo. Así las cosas, la historia, que no es original ni buena, es lo de menos: Dos jóvenes (Mario y Colate) que llegan a Madrid con el sueño de montar un grupo y hacerse famosos y se encuentran con las drogas. Por lo menos no hay moraleja ni moralina. Lo que queda claro es que temas como No controles, Vivimos siempre juntos, Maquillaje o Hijo de la luna siguen haciendo bailar a más de uno. Eso y que el reparto es de lujo. Todos y cada uno de los protagonistas cantan infinitamente mejor que Ana Torroja. Son tres horas de espectáculo y quizás sobra parte del final, pero el esfuerzo por incluir los temas más conocidos de Mecano lleva al público a perdonar casi todo, incluida una puesta en escena tipo Thriller de Michael Jackson para la canción del cementerio que no pega ni con cola. El musical, que ha costado ocho millones de euros, tiene montajes que rozan la genialidad, como la versión del tema de José María Cano Lía, que, sin embargo, popularizó Ana Belén y no Mecano. Otros, sobran, como la canción de la perrita Laika subiendo a la luna. Pero hay gags que sorprenden, como la puesta en escena de Hawai Bombai , que se presenta mezclada con Dos gardenias para tí, o una versión flamenca de Una rosa es una rosa en la que la rosa acaba siendo una rusa. Con Mujer contra mujer ( dos chicas en una bañera jugando al lesbianismo) o Cruz de navajas , el público vibra. Igual que con Vivimos siempre juntos o Me colé en una fiesta. Todo lo demás no importa. Mecano sigue teniendo suficiente tirón y sigue teniendo a su gente, que diría la canción. El posado de Nacho, José María y Ana, juntos por primera vez desde hace años, hizo llorar a muchos, y entre el público, lo más variopinto de la creme madrileña. Desde Eugenia Martínez de Irujo hasta Concha Velasco pasando por Joaquín Cortés, Mónica Cruz, Paz Vega, Elsa Pataki, Guti y Arancha de Benito, el alcalde Alberto Ruiz Gallardón o Santiago Segura. Ahí es nada.