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21 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.LO SORPRENDENTE fue lo mucho que las privadas pasaron del asunto electoral más allá de sus informativos. Al contrario de las públicas, que a través de La Primera de TVE y TVG, realizaron un seguimiento que se puede calificar de exhaustivo, considerando que el ambiente electoral era de baja intensidad si le comparamos con citas electorales más próximas. Como es costumbre, unos minutos antes, La Primera anticipó su encuesta a pie de urna («la única realizada», insistió David Cantero en varias ocasiones) en un corte informativo que se prolongó hasta poco después del cierre de las urnas en la Península. La autonómica también. Sin embargo, las privadas estaban con su parrilla convencional, como si nada. Se confirmaba así lo que ya era muy evidente desde el comienzo de la campaña a favor o en contra de la Constitución Europea, que se imponían intereses al margen de lo meramente informativo. La Primera extendió Telediario 2 más allá de su horario habitual con frecuentes interrupciones para dar paso a numerosos portavoces en sus intervenciones públicas, a la declaración oficial, a Zapatero e incluso al presidente del ejecutivo comunitario, Durao Barroso. TVG hizo lo propio e incluso fue más lejos al incluir durante buena parte de la emisión de Libro de familia, una banda inferior con los resultados gallegos por municipios.