INTERFERENCIAS | O |
08 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.UNA MADRE negra deposita flores en la tumba de su hijo adolescente, muerto hace tiempo a manos de otro que se sentía superior por llevar un arma. A estas alturas, el tema de las armas en Estados Unidos ni es novedad ni provoca sorpresa. Erquicia emitió en Documentos TV el reportaje Balas en el recreo, más argumentos para erizarnos la piel y aumentar nuestra perplejidad hacia la que se tiene por la primera democracia del mundo, la misma que acaba de renovar su confianza (54 millones contra 51, tampoco se olvide...) en el halcón George W. Bush. Se trataba de un documental para televisión, muy lejano de la contundencia de Bowling for Columbine, de Michael Moore. Los datos hielan la sangre: 300 millones de armas circulan por el país y más de un millar de críos mueren cada año a manos de otros críos. Para colmo, más de la mitad del alumnado reconoce haber asistido al aula con un arma. Las imágenes mostrando las armerías en las que se puede lograr desde un revólver del XIX hasta el subfusil más sofisticado, pasman. Como las declaraciones de chavales con antecedentes, y algunos con crímenes a cuestas. Haber quién es el guapo (Bush desde luego no lo será) que desde la Casa Blanca se atreverá un día a ilegalizarlas. La primera consecuencia será hacer pasar a la clandestinidad a la muy honorable Asociación Nacional del Rifle...