Lynn se divierte

MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ

TELEVISIÓN

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05 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

CADA UNO se divierte como le peta y eso no admite un pero. Lynndie England se divirtió con sus colegas, vejando a prisioneros iraquíes que los norteamericanos metieron en la prisión de Abu Ghraib. Eso fue lo que admitió ante el tribunal castrense de For Bragg. En realidad, la «diversión» estaba en las fotos, que conocimos hace algunas semanas y que mostraban la cara más obtusa del ejército de Bush. Lynn era la que arrastraba a un detenido desnudo con una correa de perro al cuello. La misma que con una mano simulaba una pistola que disparaba a los genitales de otros detenidos. Los informativos recuperaron a la soldado England con gorra y uniforme, caminando hacia el banquillo. Aparte su avanzado estado de gestación, su rostro denota una dura lucha con la inteligencia. Vamos, que da la razón a Michael Moore cuando en Fahrenheit 9/11 denuncia las tácticas de reclutamiento para Irak entre bolsas marginales de las grandes urbes y en la América profunda. Pero lo que son las cosas, Lynndie se confirma como otra víctima. Es la turca que presta su cabeza para que Bush y los suyos la arrojen al circo mediático como demócratas intolerantes con la violación de los derechos humanos. Que Lynndie no es una lumbrera, salta a la vista. Pero pagará por otros. Así son las cosas.