Entrevista | Leo Bassi El bufón presenta en Santiago su espectáculo «La vendetta» en el que narra una gracia que le contó hace diez años el mulah Omar y que «explica todo lo que está pasando»
03 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.?escendiente de un antiguo linaje de comediantes excéntricos, de un abuelo pionero de la comedia en televisión, un padre malabarista al lado de Groucho Marx y un antepasado que luchó con Garibaldi, Leo Bassi no podía ser sino un extravagante provocador que entiende el humor como un arma que deconstruye para tratar de edificar otro mundo posible. Tal vez por eso dice ser «el Bin Laden de los cómicos», teniendo como arma un humor con el que lo único que puede herir son algunas sensibilidades. -Además del espectáculo usted ofrece un curso de payaso. ¿Cómo puede un joven encontrar su identidad cómica? -Hay una diferencia entre payaso y actor cómico. Éste puede entrar y salir del personaje, pero el clown es la identidad misma de la persona. Por eso los jóvenes tienen que hacer un trabajo de introspección sicológica. Hoy la mayoría de los cómicos que trabajan en televisión son pijos. Un clown es una misión en la vida que significa perder tu dignidad y ponerte al servicio del público. -¿Por qué y contra quién es la «vendetta» que escenifica? -Es mi venganza contra la acumulación de verdades de hoy que me cabrean: políticas y sociales. Es una actitud sobre esta vida que al clown no le gusta y contra la idea ciega del público que sigue las imágenes publicitarias. La obra se adapta continuamente siguiendo la actualidad como la guerra de Irak. Como payaso no puedo evitar ver esas realidades y hacer el mismo especáculo hoy que hace tres semanas. Yo estaba en Madrid el día del atentado y uno de los musicales siguió haciendo la función como si no pasara nada. Y el público se presentaba igualmente para verlo. Esas son cosas que me cabrean: vivir como si la vida o la muerte no nos afectara. El golpe fue muy fuerte, pero también sirvió para enterarnos de que hay injusticias y tragedia en el mundo. -¿Hay un antes y un después en su obra tras el 11-M? -Sí. Además viajo continuamente. Acabo de llegar de Brasil y conozco Oriente Medio. Hace diez años quien hoy es el jefe de los talibanes, el mulah Omar, me dijo un chiste tradicional que cuento en el espectáculo y que explica todo lo que está pasando. Por eso en la actuación digo que la única manera de entender una civilización o su cultura es conocer sus chistes. -¿Podría contármelo? -No. Quiero que la gente venga a ver el espectáculo. -Comediante, humorista, payaso, provocador, bufón, filósofo ¿Cómo se define? -Como bufón, palabra que me gusta mucho, puesto que el bufón, siendo el más humilde y asqueroso de los humanos, al mismo tiempo contaba chistes y tenía licencia para decir la verdad. Otros han dicho que soy un filósofo, pero a mí me da miedo. Para mí el humor es el arma de destrucción masiva más poderosa del mundo.