EL PLACER DE DEBATIR

La Voz

TELEVISIÓN

08 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Habrá quien crea un coñazo escuchar conversaciones sobre temas serios a gente educada, aunque con cambiar de canal es suficiente. La noche del martes ofrecía alternativas al interesante monográfico titulado La Revolución Francesa que Josep Puigbó moderó en El debate de La 2. Carlos Lozano seguía dando la matraca con Rosa y sus pétalos canoros en Triunfomanía, mientras Jordi González exprimía a su legión de voceras en Abierto hasta el anochecer ( Antena 3). De propina, Tele 5 asomaba la jeta del insoportable Eddie Murphy en El negociador. En fin, un paraíso catódico... Estábamos tan acarajados con la carga de inmundicia intelectual que de unos años para acá vomita la tele, que encontrarse en prime time con un lugar para la discusión serena (y cualificada) se hace más raro que un pingüino en el Sahara... Se podrá estar en desacuerdo con las opiniones, pero el simple hecho de ver a un grupo de señores sin necesidad de pasarse por el otorrino, que hablan normal y escuchan al discrepante, equivale a un relajante baño de aguas termales. Los cinco invitados tenían peso específico, empezando por el analista Alain Torraine, que sabe mucho de política. Quizá la anécdota estaba en mesié Lavarde, el demagogo simplón representante de Le Pen en España. En fin, que se habló de la ultraderecha, de seguridad ciudadana, de inmigración y de ojo a la xenofobia. Cuando finalizaba, Sardá asomaba en Tele 5 para vanagloriarse de su liderazgo con el bochorno de la víspera. Vale, Javi, arrasas, pero no quedas...