La Espiga de Oro de la Seminci de Valladolid fue concedida ayer a la película danesa Italiano para principiantes, de la realizadora Lone Scherfig, adscrita al Dogma 95 aunque sólo en parte de sus postulados, y la de Plata fue para la coproducción entre Argentina y España, El hijo de la novia, de Juan José Campanella.
04 nov 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Ambas son tramas corales en torno a algo tan viejo como el amor. La primera también fue reconocida con la Espiga al mejor actor, que se llevó Peter Gantzler. Las quinielas incluían como gran favorito a ¡Vete a saber! del francés Jacques Rivette, sin duda el mejor acabado de cuantos filmes entraron a concurso. Pero hubo de conformarse con compartir el Premio Especial del Jurado junto a su colega de la ya histórica Nouvelle Vague, Jean-Luc Godad y su indigesta (por provocativa, al parecer eso también lo pretendía su autor) Elogio del amor. Para entender el alcance de tal decisión y haciendo un poco de demagogia, este fallo equivaldría algo así, como a dar ex-aequo un premio a Spielberg junto al iraní Abbas Kiarostami.Las elegidas serían finalmente las otras dos producciones situadas en la parrilla de salida junto a Rivette. Por su parte, Emma Thompson recibió un merecido galardón a por su sobrecogedor registro de enferma terminal en el telefilme Wit!, de Mike Nichols, tan previsible como la concesión del Pilar Miró a la iraní El voto es secreto de Babak Payami. La Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, optó por El pequeño Senegal, de Rachid Buchareb, con mención especial para Los pasos perdidos, de Maname Rodríguez.