MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ INTERFERENCIAS
31 jul 2001 . Actualizado a las 07:00 h.La ofensiva euro continúa a pasos agigantados. Una borrasca mediática que te encuentras vayas por donde vayas, escuches lo que escuches o veas lo que veas. Todo el mundo a enterarse de que pronto llevaremos euros en la cartera (y mucha calderilla). Las teles se vuelcan en su promoción, sea con microespacios en informativos o con concursos, El juego del euromillón en Telecinco, el más popular. Sin embargo el tema parece marchar a medias, entre otras cosas porque la gente todavía no pasó a la etapa física, a la de palpar papeles y metales. Hay como una indiferencia hacia el asunto, no sé. El otro día pasaba La Primera uno de sus promocionales en un Telediario y lo que escuché entre dos personas de edad es para desplomar el ánimo al publicista más entusiasta. Comentaban que se hacían un lío, que habían acudido a un banco a pedir euros «de verdad» y que les habían dicho que todavía nada. De ahí que les importara un comino la buena voluntad de la presentadora comentando cuánto valdría una cerveza o ir al cine. Y es que, mientras el bolsillo no rasque ni duela, el euro produce el efecto de un OVNI. Con los chavales es otra actitud, pero el resultado ídem. En sus colegios manejaron reproducciones de monedas y billetes, pero lo ven por la tele y pasan, a no ser que se lo digan Ash ó Picachu... De poco vale que te machaquen si no hay algo material. Hasta que no los tocas, el euro en la tele pasa como un aire.