El director de «El juicio de Nuremberg» y «Adivina quién viene esta noche» murió de neumonía a los 87 años El legendario director y productor de Hollywood Stanley Kramer falleció el pasado lunes, víctima de una neumonía. El realizador de «El juicio de Nuremberg», «Adivina quién viene esta noche» y «El mundo está loco, loco, loco», que tenía 87 años, murió en el Hogar de la Cinematografía, una comunidad de retiro para profesionales de la meca del cine.
20 feb 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Kramer, que nació en Nueva York, en 1913, en el seno de una familia judía, firmó y respaldó numerosas películas que tuvieron brillantes repartos. A pesar de su éxito, Stanley Kramer no tenía una película favorita. Es más, siempre pensó «que algo había salido mal en cada uno de sus trabajos», dijo Karen Sharpe, su esposa durante 35 años. Licenciado en Ciencias por la Universidad de Nueva York, Stanley Kramer, que colaboró en varias publicaciones, comenzó su carrera en el cine porque quería ser guionista y pasó por las productoras Metro Goldwyn Mayer, Columbia y Republic, para volver en 1935 a la Metro. Fue en 1947 -después de su participación en la Segunda Guerra Mundial- cuando fundó su propia productora, Screen Plays Corporation Inc pero en el 49 creó la Stanley Kramer Productions Pictures, con la que realizó algunos de sus más importantes proyectos, con Laslo Benedek - Home of the Brave, Cyrano de Bergerac, Muerte de un viajante y Salvaje-; con Fred Zinnemann, El ídolo de barro y Solo ante el peligro. Vida tranquila En cuanto a la vida personal de Stanley Kramer, el productor y director neoyorkino estuvo casado dos veces. La primera con la actriz Anne Pearce, de la que se separó en 1964, después de 13 años de matrimonio, fruto del cual tuvieron dos hijos. Se casó de nuevo en 1966, con la ya mencionada actriz Karen Sharpe, su actual esposa, con la que tuvo otros dos hijos. Su testamento en vida, y reflejo de su personalidad, fue una frase de la película El juicio de Nuremberg: «Sepan todos que creemos en esto, en la verdad, en la justicia y en el valor de cada ser humano». No en vano se dijo que «fue la conciencia de Hollywood».